Argentina: mensaje de la pastoral social en el día del trabajador

La Comisión Episcopal envió un mensaje a todos los trabajadores que vienen sosteniendo, cotidianamente y con esfuerzo, la vida de la Patria

La Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina, aprovechando el Día Internacional del Trabajo, hizo algunas recomendaciones teniendo en cuenta la crisis local, el fenómeno global de la pandemia y las consecuencias de la crisis bélica.



Teniendo en cuenta este escenario, consideraron necesario la construcción de un futuro del trabajo centrado en una economía productiva con condiciones laborales dignas y decentes, que promuevan el bien común.

Los miembros de la Comisión creen que hay que priorizar a aquellos que se encuentran en los márgenes del mundo del trabajo. Asimismo, reiteraron “que es imprescindible cambiar definitivamente el paradigma del subsidio por el paradigma del trabajo”.

Para los obispos, el trabajo formal debe abarcar las nuevas formas de la economía popular, integrando a aquellos que fueron descartados de los empleos formales, pero se han asumido como sujetos trabajadores con innumerables emprendimientos en materia laboral, “experiencias de salvación comunitaria”.

Por otro lado, destacaron las palabras del papa Francisco quien manifestó que para que el prójimo no tenga que padecer miseria, hay que dirigir los esfuerzos para organizar y estructurar la sociedad, brindando igualdad de oportunidades en acceso a programas del Estado, sin exclusiones. También referenciaron a la pastoral social de la arquidiócesis de Córdoba que abogó por una conciencia cada vez mayor de que el trabajo dignifica y amplía las oportunidades para todos.

Responsabilidad de los sectores

La comisión expresó que es imperioso que siga bajando la desocupación y crezca el trabajo formal. Por este motivo, hizo un llamado a los responsables de todos los sectores sociales involucrados en el ámbito laboral.

A los dirigentes sociales y políticos y quienes tienen responsabilidades en los gobiernos les recomendó inspirarse en la caridad política, dado que “Su responsabilidad es grande, pero aún es más grande el bien que pueden lograr”, según las palabras del Papa.

Alentaron a empresarios y a sus directivos a no olvidar su verdadera vocación: producir riqueza al servicio de todos, creando trabajo y producción sin dañar la naturaleza.

A los representantes de los trabajadores y las trabajadoras, les pidieron que se enfoquen en las situaciones concretas de los barrios y de las comunidades, dando voz a los que no la tienen y defendiendo los derechos de los más vulnerables para lograr una necesaria transformación ética y cultural.

Aludieron a San José, “el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta”, quien nos recuerda a los que están aparentemente ocultos o en “segunda línea”, pero que tienen un protagonismo sin igual en la historia de la salvación. Y se encomendaron a su figura como “ese hombre que le pone el hombro a Dios, un trabajador que enseña y colabora con un Dios trabajador”.

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