La Iglesia ante el 1º de Mayo: “El trabajo decente puede ser una realidad para todas las personas”

La iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente denuncia que la precariedad y la inestabilidad laboral hacen que muchas personas, a pesar de tener un trabajo, no logren salir de la pobreza

La crisis socioeconómica provocada por la pandemia ha duplicado la tasa de precariedad laboral. Según el último informe FOESSA, ‘Evolución de la cohesión social y consecuencias de la Covid-19 en España‘, casi dos millones de hogares (10,3%) sufren las consecuencias de la inestabilidad laboral grave debido a que el sustentador principal ha estado tres o más meses en desempleo o ha tenido tres o más contratos diferentes en distintas empresas. Otras muchas familias (1.023.900) tienen a todos sus miembros en paro, mientras que 589.900 carecen de algún tipo de ingreso periódico.



Frente a este deterioro del mercado laboral y con motivo de la celebración, el próximo 1º de Mayo, del Día Internacional del Trabajo, la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) ha lanzado el manifiesto ‘Sin compromiso no hay trabajo decente’, en el que alerta sobre cómo la pandemia y las previsibles consecuencias económicas de la guerra en Ucrania “están debilitando el derecho al trabajo y empobreciendo y descartando a millones de trabajadores, principalmente mujeres, jóvenes y migrantes”.

Y es que, tal como señala ITD, según la última Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2021, el desempleo (13,33%) afecta a más mujeres (1.650.600) que a hombres (1.448.200) y es 7,5 puntos porcentuales superior entre la población extranjera (20,89%). Entre los jóvenes, la falta de trabajo afecta al 30,7% de los menores entre 16 y 24 años.

Un mercado de trabajo caracterizado por la inestabilidad e inseguridad laboral -advierten las entidades de inspiración cristiana que impulsan en España esta iniciativa- provoca que “muchas personas, a pesar de tener un trabajo no consigan salir de la pobreza”.

ITD subraya que “la crisis visibilizó la necesidad de un cambio en el sistema productivo, que fuese capaz de crear empleos que aporten valor y con condiciones laborales dignas, pero la generación de empleo no está avanzando en este sentido y, de nuevo, asistimos a un sistema que prioriza el beneficio económico y ‘descarta’ a las personas, principalmente mujeres, jóvenes y migrantes”.

Dignidad laboral

Por ello, en este Primero de Mayo, la iniciativa defiende “la dignidad del trabajo y el trabajo decente como una prioridad humana y, por ello, una prioridad cristiana y un compromiso de toda la Iglesia. El trabajo decente es además uno de los compromisos asumidos por las Naciones Unidas y los países que la forman en la Agenda 2030, que fue aprobada en 2015″.

ITD plantea, además, algunas medidas urgentes para reconducir la situación, como:

  • Igualdad salarial, políticas sociales y de género que permitan a las mujeres el acceso a las mismas oportunidades laborales que los hombres, garantizando la conciliación de la vida personal y laboral.
  • Creación de empleo juvenil de calidad: para que jóvenes en desempleo o en situación de temporalidad o precariedad tengan el derecho a acceder a un trabajo digno; relacionado con sus estudios y/o vocación.
  • La promoción de un entorno de trabajo seguro: con la puesta en marcha de políticas activas y la financiación de medidas de seguridad y de salud laboral.
  • Que las trabajadoras de hogar tengan acceso a los mismos derechos que el resto de trabajadores y trabajadoras, reconociéndose definitivamente su derecho a la prestación por desempleo.
  • La regularización urgente de las personas migrantes en situación administrativa irregular.
  • El acceso a medidas de protección social para aquellas personas que no puedan acceder a un empleo.

“Animamos a que en este 1º de Mayo nos unamos, como comunidad cristiana, en el compromiso por la defensa del trabajo decente, participando en los actos reivindicativos y celebrativos que se realicen en las diócesis; apoyando su visualización y difusión; contribuyendo así a que nuestro mensaje pueda llegar con fuerza en la esperanza de que el trabajo decente pueda ser una realidad para todas las personas”, concluye el manifiesto.

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