“Vuestra presencia aquí es testimonio de fe y amor por la Iglesia. Una hermosa manifestación de vuestra estatura espiritual”. Con estas palabras recibía hoy el papa Francisco en el Palacio Apostólico Vaticano a los participantes en la peregrinación de la Archidiócesis de Łódź (Polonia).
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“La peregrinación”, ha dicho Francisco, “es también una bella imagen de la Iglesia sinodal, que recorre los caminos de los Apóstoles, camina junta, como una familia de hermanas y hermanos, provenientes de diferentes parroquias y de diferentes comunidades y grupos eclesiales: sacerdotes y fieles laicos y consagrados. Están aquí, llenos de fuerza y entusiasmo, varios jóvenes, entre ellos muchos universitarios; están los scouts; también hay personas sin hogar y personas con discapacidad”.
Todos ellos han llegado hoy a Roma para concluir el centenario jubilar de la diócesis, año en el que han recordado especialmente los comienzos de esta Iglesia polaca y, en especial, a su primer obispo, Wincenty Tymieniecki, “un hombre de gran misericordia y gran sensibilidad ecuménica”. “Monseñor Tymieniecki supo unir en sí mismo la valentía de la misericordia y la valentía del ecumenismo”, ha señalado Francisco.
Misericordia y ecumenismo
“Hoy la misericordia requiere una gran ‘imaginación’, una gran creatividad que nos haga llegar a ser apóstoles de la misericordia, poetas de la misericordia“, ha afirmado, y ha bendecido “de corazón vuestras obras de caridad, incluso las realizadas de modo personal, espontáneo y oculto. Bendigo a los que abren la mente y el corazón, a los que abren hogares y recursos a los enfermos, a los ancianos, a los desempleados, a los sin techo, a los inmigrantes, a todos los pobres, a los que sufren y a los marginados, a los niños que necesitan un hogar y una familia”, porque “es así, abriendo las puertas, abriendo todo, que la Iglesia asume el rostro más evangélico, el del Buen Samaritano”.
Por otro lado, el Papa ha recordado que Tymieniecki escogió “el camino del ecumenismo mucho antes de que la Iglesia católica lo tomara oficialmente”. Por eso, ha exhortado a los presentes “a mantener viva en vosotros esta valentía” de su primer pastor. “Os animo a caminar juntos, en la reflexión teológica y la evangelización, en la oración común y en la escucha de la Palabra de Dios, en el testimonio de la fraternidad. En este camino construís la sociedad local, a la que con orgullo llamáis ‘comunidad de las cuatro culturas'”.
