¿Qué papel desempeña la religión en la campaña electoral que hoy empieza en Francia?

Vida Nueva analiza los posicionamientos espirituales de Macron, Le Pen, Zemmour, Mélenchon e Hidalgo

Debate televisico entre Marine Le Pen y Emmanuel Macron

Este 28 de marzo se ha dado en Francia el pistoletazo de salida para unas elecciones presidenciales que dirimirán, el 10 de abril, si Emmanuel Macron, líder de En Marcha, revalida como presidente de la República por un segundo mandato o si el representante del centro liberal es relevado por alguno de los candidatos de la oposición.



A la espera de comprobar si a lo largo de estas dos semanas de campaña el factor religioso tiene o no un papel protagonista, es útil hacer un repaso sobre el perfil de los principales candidatos y conocer cómo se han manifestado en este sentido a lo largo de su carrera política.

Emmanuel Macron (En Marcha)

En este sentido, Macron, del que La Croix estimó que cuando llegó al Elíseo en 2017 lo hizo con el apoyo de un 62% de los católicos frente al 38% restante que respaldó en la segunda vuelta a Marine Le Pen, ha tenido una buena sintonía con el papa Francisco (con el que se ha visto varias veces), ha apoyado públicamente a Sant’Egidio en su labor con inmigrantes y refugiados y, entre otras cosas, se ha involucrado en la reconstrucción de la incendiada Notre Dame, considerando que es un emblema nacional.

Además, reconoció a Jaques Hamel, sacerdote víctima de un atentado yihadista mientras celebraba la misa en Saint-Etienne-du-Rouvray y dijo que “su martirio no fue en vano”. Otro hito ha sido la actualización de la Ley de Culto de 1905 para que las distintas confesiones ganen en presencia y responsabilidad social y se vaya más allá del laicismo hasta adentrarse en la sana laicidad (aunque ha habido quien ha interpretado la reforma como un intento de controlar lo que hacen algunos imanes en sus mezquitas).

A nivel doctrinal, además de su histórico discurso, en abril de 2018 en el Colegio de los Bernardinos, sonde volvió a incidir en la idea de la “laicidad positiva”, en diciembre del pasado año Macron firmó un interesante artículo el L’Expresso en el que reivindicaba que “Dios y la ciencia no se oponen porque la creencia en uno de ellos ha ido a menudo de la mano del desarrollo del otro”. En este sentido, manifestó su convicción en que “puede haber continuidades entre Dios y la ciencia, la religión y la razón. ¡Miremos a nuestra Europa! ¿La igualdad de los derechos humanos en dignidad y derechos no fue preparada por la igualdad de los hombres ante Dios pensada por el cristianismo?”. Todo para concluir que “la ciencia y Dios, la razón y la religión pueden convivir, a veces incluso alimentarse mutuamente. Esto es incluso deseable, dado que la aspiración a la razón y la necesidad de trascendencia cohabitan en cada uno de nosotros”.

Por otro lado, la Iglesia gala ha manifestado su rechazo tajante a la petición de Macron de incluir el derecho al aborto en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.

Marine Le Pen (Frente Nacional)

En cuanto a Marine Le Pen, líder del Frente Nacional, se presume que apelará a su ideario identitario y centrará buena parte de su campaña en lo que fue una de sus columnas vertebrales en las presidenciales de 2017: “Soy la única que habla de esta cuestión. La mayoría de los candidatos no se atreven a mencionar el problema del fundamentalismo islámico. Voy a volver a poner orden en el país acabando con la delincuencia y el terrorismo. ¡Francia para los franceses!”. Este discurso, pronunciado en Metz en marzo de hace cinco años, refleja a las claras la línea de la fuerza nacionalista.

Una corriente ideológica, por cierto, en la que, aunque pretende aglutinar a una buena parte de los católicos más conservadores, Le Pen no ha tenido problema alguno en criticar con dureza al papa Francisco y en 2021, tras sentirse interpelada por su rechazo de los “populismos”, le contestó que “se ocupe de lo que sucede en las iglesias y no en las urnas”.

Éric Zemmour (Reconquista)

A la derecha de Le Pen nos encontramos con el escritor Éric Zemmour, líder de Reconquista y quien basa su ideario en la crítica contra “las élites y el globalismo”, apelando con fuerza por un identitarismo en el que el islam y la ideología de género son los peor parados, entendiendo que buscan socavar “la civilización occidental”.

Judío de origen argelino, Zemmour aplica a la política lo que siempre encarnó en el ensayo y no ha dudado en defender que está “impregnado del cristianismo…”. Y es que, argumenta, “para ser francés tienes que sumergirte en el catolicismo”. Un claro guiño en la Francia laica al electorado católico más conservador que busca un líder “sin complejos”. Aunque haya quien le achaque al candidato de Reconquista su simpatía hacia ciertos elementos del régimen de Vichy, colaboracionista con los nazis en tiempos de auge hitleriano.

Jean-Luc Mélenchon (Francia Insumisa)

En la izquierda, el gran líder es Jean-Luc Mélenchon, durante muchos años miembro del Partido Socialista y quien ahora concurre al frente de Francia Insumisa. En una entrevista en noviembre del pasado año en La Vie, defendió que “el ideal socialista comparte con el cristianismo original su universalismo abstracto. Cuando san Pablo dice: ‘Ya no hay judío ni griego, ya no hay esclavo ni libre, ya no hay hombre ni mujer, porque ya sois uno en Cristo Jesús’ (Gálatas 3,28), se expresa una cierta radicalidad universalista de la condición humana”. De este modo, “hay un elemento de insubordinación en el cristianismo. Primero, por la ruptura con la ley judía de la que procedía. Y, en sus propias filas, por desafíos que nunca se han extinguido”.

Fruto de su curiosidad intelectual, Mélenchon publicó en 2020, también en La Vie, un largo artículo en el que valoraba la encíclica del papa Francisco ‘Fratelli tutti’, defendiendo que esta “puede abrir un tiempo saludable para la reflexión compartida”. Sobre todo porque apela a “lo que nos puede unir sin negarnos”. Y más “en un momento en que la supervivencia de toda la civilización humana es desafiada por el colapso de su ecosistema”.

Así, desde ese eco de “la vocación universalista del catolicismo”, apelando al “humanismo nacido en Europa con el Renacimiento” y en el que también se topó “con la amargura del rechazo” por parte “de la Iglesia de la época”, Mélenchon observa que “la influencia intelectual que el catolicismo ejerce sobre casi mil quinientos millones de conciencias en el mundo es quizás un factor decisivo. Impacta la forma en que los humanos se posicionarán frente al desafío de la extinción de la biodiversidad de la que son un componente inseparable. ¿Cada uno para sí o todos juntos? Por lo tanto, recibo ‘Fratelli tutti’ como una señal. (…) ¡Que la lectura del Papa convenza lo más posible!”.

Anne Hidalgo (Partido Socialista)

Por parte del Partido Socialista se presenta la alcaldesa de París, Anne Hidalgo. Como mandataria de la capital francesa, en 2019 tuvo que acometer el incendio de Notre Dame. Algo en lo que puso todo su empeño, pues siempre defendió que “la fuerza de la catedral va más allá de lo religioso”.

Defensora de la Francia multicultural y en la que la inmigración es vista como un tesoro que enriquece la sociedad, la alcaldesa de París ha participado en varias iniciativas del papa Francisco, como la cumbre que este convocó en 2015 con ediles de todo el mundo para abordar la reflexión sobre la justicia climática.

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