El callado pero valioso aporte de la Iglesia mexicana en la construcción de la paz

Los obispos mexicanos publicaron el documento ‘Que el Señor nos bendiga con la paz’, en el que dan cuenta del trabajo realizado y renuevan su compromiso a seguir colaborando en ello

mujer orando

Esta semana la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) publicó un documento de diez páginas titulado: ‘Que el Señor nos bendiga con la paz’, en el que reflexiona sobre la violencia en México y la necesidad de que todos los fieles católicos se comprometan en la construcción de la paz.



Entre otras cosas, dicho documento da cuenta del compromiso que ha asumido la Iglesia en el país en materia de construcción de la paz a través de diversas acciones emprendidas por laicos, religiosos, religiosas, sacerdotes y comunidades eclesiales en su totalidad, en especial en la atención a las víctimas de las violencias.

Este trabajo “callado” pero efectivo, ha llevado, por ejemplo, a la creación de numerosos centros de escucha para víctimas de las violencias y centros de atención para las adicciones, pero también se han impartido talleres y cursos en comunidades, iglesias, escuelas y universidades; se han creado redes vecinales; se trabaja en centros de reclusión y se acompaña a los migrantes.

A la Iglesia –recuerda el documento– se le ha visto también como intermediaria, dialogando para resolver conflictos en zonas de violencia efectiva o latente, promoviendo la reconstrucción del tejido y la cohesión social.

“Se da asistencia alimentaria y lucha contra las causas del hambre, se comunican mensajes de paz, se realizan oraciones, peregrinaciones y liturgias en lugares de violencia, se fomenta el diálogo social entre grupos diversos, se predica la paz y el respeto en las familias, y muchas más acciones que solo Dios conoce y aprecia”, señala el texto.

Compromiso renovado

A pesar de todo esto, a través del nuevo documento la Iglesia en el país quiere expresar una vez más su compromiso a favor de la paz, consolando y acompañando a las personas que sufren a consecuencia de las distintas formas de violencia.

Por ello hace un llamado también a todos los hombres y mujeres de buena voluntad para que en las distintas etapas y circunstancias de la vida no olviden que el mínimo gesto en favor de una paz digna y duradera es valioso e insustituible.

“Tenemos voluntad de unirnos a los esfuerzos de todas y todos los constructores de la paz y nos comprometemos a caminar con ellos”, señalaron los obispos.

Dejan en claro que la construcción de la paz es una tarea que pide atención permanente y se debe realizar en el corto, mediano y largo plazo, y que, como ha dicho el papa Francisco, es una tarea de todos y para todos”.

“La paz es fruto de un compromiso compartido, se basa en el diálogo leal y en la justicia. Si bien, en la construcción de la paz la responsabilidad de las instituciones es fundamental, todos debemos involucrarnos personalmente, constituyéndonos en artesanos de la paz”, fue el llamado de los obispos mexicanos a sus fieles.

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