Francisco destaca en la Capilla Sixtina que el bautismo supone “recibir la identidad cristiana”

El pontífice ha bautizado a 16 bebés de familias vinculadas a la Curia Romana y a las instituciones vaticanas

Tras el paréntesis de la pandemia, el papa Francisco ha vuelto a la Capilla Sixtina este domingo, 9 de enero, para celebrar la fiesta del Bautismo del Señor, con la que termina el tiempo litúrgico de la Navidad. Además, el pontífice ha bautizado a 16 bebés de familias vinculadas a la Curia Romana y a las instituciones vaticanas. Una tradición, esta de los bautizos, inaugurada por Juan Pablo II en 1981.



Nada más comenzar la celebración el Papa ha preguntado a los padres y a los padrinos si estaban dispuestos a asumir los compromisos y ha hecho la señal de la Cruz sobre los neófitos tal como marca el ritual. También el pontífice ha dirigido el resto de  signos propios del sacramento. A la pila bautismal han acudido los 7 niños y las 9 niñas que han recibido el bautismo por parte del pontífice.

La identidad cristiana

En su homilía, Bergoglio ha comentado que “hay un himno litúrgico que dice que el pueblo de Israel iba al Jordan con los pies descalzos y el alma descalza”. Para el Papa “también hoy los niños vienen a recibir el bautismo con el alma descalza”. El sacramento, ha recalcado el pontífice, supone “recibir la identidad cristiana” y por eso les ha pedido a los padres y a los padrinos que custodien dicha identidad. “Es vuestro trabajo para toda la vida, para todos los días: custodiar la identidad cristina, no lo olvidéis”, ha recalcado.

Francisco ha vuelto a recordar, con tono divertido, que las madres amamanten a los niños con toda la paz dentro del templo o que vigilen para que los niños no tengan demasiado calor. “Los niños se sienten extraños en un ambiente como este, pero ellos son los protagonistas. Y si gritan, que griten, porque tienen un espíritu de comunidad, digamos un ‘espíritu de banda’, un espíritu de unión, y basta con que uno se ponga en marcha –porque todo el mundo es músico– y enseguida viene la orquesta. Que lloren en silencio, que se sientan libres. Pero no dejéis que sientan demasiado calor, y si tienen hambre, no dejéis que se queden con hambre”, recomendó.

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