El secretario general del CELAM, Jorge Lozano, indicó que durante la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe que están celebrando reciben cada jornada con alguna particularidad.
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Escucha y desborde
Recordó que, en el mensaje enviado a los asambleístas, el papa Francisco pidió centrar la atención en dos palabras: la escucha y el desborde.
La escucha, para poder abrir el corazón, escuchar a Dios, verlo en la realidad cotidiana. A partir de allí, escuchar el clamor del pueblo. Justamente en ese clamor del pueblo y de los pobres, escuchar la voz de Dios. Mencionó que esto le hacía acordar la frase del obispo mártir Enrique Angelelli: “con un oído en el pueblo y el otro en el Evangelio”. Entonces, escuchar a los hermanos, escuchar a Dios en su Palabra.
La otra palabra era desborde. Dios desborda en nuestras expectativas, al igual que su misericordia que desborda más allá de nuestros pecados, y el Espíritu Santo que desborda nuestros planes, nuestros sueños y anhelos.
El ejemplo de la taza
El arzobispo estimó que para que se provoque el desborde tenemos que estar abiertos. Mostró, entonces, una taza que tenía en el escritorio, dada vuelta. Señaló que por más agua que le echemos, si la taza está dada vuelta, va a resbalar. “Para que pueda desbordar debe estar abierta hacia arriba para recibir y poder provocar este desborde”, recalcó.
Nuestras comunidades, la Iglesia, si quiere estar desbordada por el Espíritu tiene que estar abierta a la novedad.
Pidió seguir rezando juntos y acompañar con la oración este próximo domingo 28 en el que se celebrará la Misa de Clausura de esta etapa de la Asamblea Eclesial.
Lozano pidió, empezando el tiempo de adviento, preparar el corazón para el desborde de la presencia de Dios en nuestras vidas.
Finalmente, prometió rezar por todos frente a la imagen bendita de Nuestra Señora de Guadalupe.
