El Vaticano clama ante ACNUR por los refugiados: “Vivimos una crisis de solidaridad”

La Santa Sede ha instado a todos los Estados a “adoptar acciones concretas y significativas, especialmente en respuesta al creciente número de graves crisis humanitarias”

“El hecho de que millones de nuestros hermanos y hermanas permanezcan en el limbo es una crisis de solidaridad”. Así lo ha declarado Francesca Di Giovanni, subsecretaria del Sector Multilateral de la Sección de Relaciones con los Estados, ante el 72 Comité Ejecutivo del Programa del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).



Por ello, ha pedido que, ante crisis como las que se están sucediendo, sobre todo tras la pandemia, la organización desafíe “nuestra conciencia como familia de naciones para buscar estrategias que involucren a todos los países como socios iguales” y ha recordado que “este sigue siendo el objetivo del Pacto Mundial para los Refugiados, que solo tendrá éxito si reúne la voluntad política necesaria”.

En este sentido, la Santa Sede ha instado a todos los Estados a “adoptar acciones concretas y significativas, especialmente en respuesta al creciente número de graves crisis humanitarias“. Esto incluye, tal como ha subrayado Di Giovanni, “la concesión eficiente, juiciosa y generosa de visas humanitarias; el lanzamiento de programas de patrocinio individual y comunitario; abrir corredores humanitarios para los más vulnerables; y asegurar la reunificación familiar”. Del mismo modo, ha aseverado que, “para ser efectivos”, también se deben abordar las causas del conflicto y la inestabilidad, “de modo que las personas puedan permanecer en paz y seguridad en sus países de origen”.

Afganistán, salud y refugiados climáticos

Por otra parte, Di Giovanni ha trasladado la preocupación de la Santa Sede ante “la evolución de la situación en Afganistán”, así como el agradecimiento “a todos aquellos que han acogido a los refugiados con un verdadero espíritu de fraternidad”. Asimismo, ha llamado la atención sobre las consecuencias del cambio climático y los desastres naturales en el desplazamiento forzado, animando a elaborar “una reflexión, conversión y acción más profundas”. “La crisis climática tiene un rostro humano”, ha recordado, que “ya es una dura realidad, especialmente para los más pobres, vulnerables y marginados”.

Por último, la Santa Sede ha reiterado la necesidad de proteger el derecho a la salud de todas las personas, “incluidos los refugiados y los migrantes, y especialmente de las mujeres y los niños que corren un riesgo especial en situaciones humanitarias”. Además, ha señalado que ACNUR “no puede permitir que la ideología determine el acceso a la atención médica ni lo condicione a la aceptación de conceptos de salud que no compartan el consenso internacional o que atenten contra la dignidad humana e ignoren las creencias religiosas”.

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