Xavier Guillamet: “El consumo es el dopaje de los infelices”

Xavier Guillamet

Su fe y los evangelios, en los que reconoce los mejores libros de autoayuda, le proporcionan a Xavier Guillamet casi todo lo que necesita para “escalar las montañas más altas” de su aventura diaria. Convencido de que “buscamos fuera lo que está dentro”, el profesor y pedagogo catalán nos invita a aprovechar estos días de descanso para emprender un ‘Viaje al centro del ego’ (Sal Terrae) que le sirva a cada lector como aprendizaje para recorrer los caminos de la ajetreada vida actual.



PREGUNTA.- De nuevo, otro verano con restricciones de movilidad. ¿Sería un buen momento para organizar un ‘Viaje al centro del ego’? ¿Se necesita algún equipaje especial?

RESPUESTA.- Cualquier momento es bueno para iniciar un viaje de introspección. Necesitamos un traje de valentía para llegar hasta lo más profundo de nuestro ser, donde están el dolor, los deseos reprimidos y la educación recibida, para sanar todo cuanto nos hiere o nos frena. También necesitamos humildad para reconocer lo bueno y, sobre todo, lo malo que iremos encontrando. No hay mayor felicidad que sentirse en paz con los demás, con nuestro entorno, con nosotros mismos y, por supuesto, con Dios. Buscamos fuera lo que está dentro. La verdadera felicidad no necesita VISA ni un billete de avión para irse al otro lado del mundo. (…)

P.- Podría decirse que su ‘Viaje al centro del ego’ es un libro de autoayuda, pero usted asegura haberlo concebido como un “autoaprendizaje”. ¿En qué sentido?

Un camino hacia el interior

R.- Los evangelios, la carta de san Pablo a los Romanos o las cartas de Santiago y san Pedro, eso sí son libros de autoayuda. Los mejores, por algo son los más leídos en toda la historia de la humanidad. En mi libro, solo intento mostrar un camino hacia el interior, para que cada uno pueda descubrirse a sí mismo. Cuando vemos nuestra imperfección, nos volvemos más compasivos. Mejoramos nuestras relaciones con los demás porque dejamos de juzgar. Teresa de Calcuta decía: “Si todos nos ocupáramos del portal de nuestra casa, el mundo sería un lugar limpio”. Sin compasión no hay bondad, sin bondad no hay amor y sin amor no hay felicidad. Dios es amor y nos quiere felices, incluso en el dolor.

P.- El protagonista de su obra es un hombre anciano y enfermo, aunque con el espíritu de explorador intacto. ¿Buscar nuevos caminos interiores nos mantiene vivos?

R.- ¡Buena pregunta! ¡Gracias! Esta es la esencia del libro. Sentirse vivo no es solo respirar o comer. Cuando se para nuestro corazón y dejamos de respirar, es una muerte más. Hay muertos que respiran y comen, pero necesitan consumir de todo: desde pantallas de teléfono a estupefacientes o centros comerciales durante todo un día para sentirse vivos. El consumo es el dopaje de los infelices. Por eso se consume tanto. (…)

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