Gonzalo Fernández Sanz: “Debemos ser buscadores de Dios, no cartógrafos de la geografía divina en Google”

El Prefecto de Espiritualidad de los claretianos imparte la última conferencia de la  50ª Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada

El claretiano Gonzalo Fernández Sanz ha sido el encargado de reflexionar sobre la “espiritualidad de la vida consagrada en la sociedad de la información” en la última de las sesiones dela 50ª Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada, organizada por el Instituto Teológico de Vida Religiosa de Madrid.



Fernández Sanz es desde 2003 forma parte del Gobierno General de los Misioneros Claretianos como Consultor General y Prefecto de Espiritualidad. Desde 2015 también ocupa el cargo de vicario general y autor del blog ‘El Rincón de Gundisalvus’. En su intervención definió la espiritualidad como “el arte de vivir todas las dimensiones de la existencia humana con y desde el espíritu de Jesús”. El claretiano centró su reflexión en la sociedad de la información y en la realidad de la pandemia por el coronavirus que ha sumido a mucha gente en una especie de “gran retiro” en el que han surgido preguntas y respuestas.

Buscadores, no cartógrafos

Desde este marco ha definido 4 rasgos  que podrían caracterizar la espiritualidad de este momento. “Debemos ser buscadores, no solo cartógrafos de la geografía divina”, propuso invitando a hacer el viaje desde la indiferencia a la búsqueda tal como se añora en los Salmos y como han desarrollado tantos santos. Para Fernández “la búsqueda de Dios adquiere un nuevo significado en la sociedad digital” –marcada por Google– ya que esta búsqueda de Dios en profundidad “requiere algunas actitudes (humildad, paciencia, resistencia) y la capacidad de descifrar ‘los tres libros’: la naturaleza, la humanidad y la Escritura” que “se han codificado hoy digitalmente en el propio móvil a un golpe de clic”. Estos ‘libros’, destacó se corresponden con algunos de los documentos principales del papa Francisco.

No esquivar el camino por el entretenimiento

El vicario general reivindicó que los religiosos sean auténticamente “consagrados, no solo entretenidos en el trabajo o en la diversión”, para lo que es necesario recorrer el camino “de la superficialidad a la profundidad”. En “un contexto muy ruidoso y acelerado” hay una “necesidad de acentuar la dedicación total a Dios, que es la consagración”, descubrir la “identidad” en un mundo en el que hay un “supermercado de identidades”.

Precisamente, destacó, “la identidad consagrada en el juego de las múltiples identidades” y ante propuestas ficticias que propone el mundo digital la vida consagrada encuentra una “oportunidad para la autenticidad”. La identidad consagrada “no se vende” a base de me gustas o seguidores, reivindicó.

En medio de la telaraña

Unidos con una profunda experiencia de comunión, y no solamente enredados en esta telaraña inmensa que es la red”, ha sido el tercer llamamiento que ha hecho el ponente enumerando los dispositivos que una persona tiene a su alcance para conectarse. Ante escenario de “ubicuidad”, Fernández ha invitado a pasar “del egocentrismo al ecosistema” ya que el aumento de los medios con los que comunicar debe traducirse en “más comunión” en lograr la “fraternidad universal” frente a las brechas abiertas por lo digital.

Ante esta “inflación de comunicación”, el claretiano ha reivindicado que “la experiencia cristiana de la comunión va mucho más allá de la comunicación ininterrumpida”. La sociedad de la información, propicia a la vida consagrada la “oportunidad para una nueva fraternidad en el contexto digital”, añadió señalando la posibilidad de generar redes de encuentro que alientan el sentido de pertenencia. Otro ejemplo son las experiencias de acompañamiento a las personas solitarias durante la pandemia a través de diferentes dispositivos. También invitó a los consagrados a ofrecer una “cortesía digital”.

Compromiso digital y espiritual

Finalmente hizo una llamada a ser “servidores, no solo consumidores” y más cuando cada usuario puede ser también un generador de contenido digital sin necesidad de grandes medios. En este sentido, señaló, hay una “eclosión de iniciativas” entre los consagrados con motivo de la pandemia para ser transmisores de la Buena Noticia. Para Fernández, el mundo digital abre el camino para pasar “de la resignación a nuevas formas de compromiso” frente a conformarse con el “cortar y pegar”.

“Los consagrados son hombres y mujeres que no se limitan a hacer cosas o a consumir, sino que reflejan la presencia transformadora de Dios en nuestro mundo mediante su vocación de servicio y testimonio, también en el ciberespacio”, apeló. En este sentido, destacó la presencia de los consagrados a lado de las personas más necesitadas, desde el que hacer un servicio de “discernimiento” en medio de la red.

A las puertas de Pentecostés, el ponente invitó a comprometerse en el “cenáculo digital” estando “abiertos a la acción del espíritu”. Además, concluyó, presentando a “María como la mujer buscadora, consagrada, unida y servicial” y, por lo tanto, “icono en la sociedad digital”.

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