Presas, inmigrantes… y sobradamente preparadas

Prolibertas, trinitarios

Coincidiendo con el 20º aniversario desde su creación, Prolibertas, entidad social de los religiosos trinitarios para “luchar contra la exclusión social” y acompañar a personas presas, sin hogar o inmigrantes, acaba de poner en marcha en Madrid el último de sus proyectos: una escuela de capacitación en alojamientos turísticos y restauración. Inaugurada este martes 23 de marzo en Aluche, la iniciativa completa otra que desarrollan en la capital desde 2009: un hogar para la atención a mujeres privadas de libertad o en situación de vulnerabilidad.



Como explica a Vida Nueva Antonio Jiménez, religioso trinitario y director de la fundación, “seguiremos el modelo de la primera escuela de capacitación que pusimos en marcha, hace una década en Algeciras, y enfocada en ese caso a la hostelería. Con esta de Madrid, tratamos de llenar un hueco muy necesario: un apoyo a las mujeres en situación de exclusión. En este ámbito, de por sí difícil, ellas siempre la padecen en un grado mayor”.

Una alternativa laboral propia

De este modo, la escuela será el modo de “ofrecer una alternativa laboral y formativa propia, pues, aunque está abierta a otras mujeres que puedan llegar hasta nosotros por Servicios Sociales u otras entidades, en ella participarán las internas de nuestro hogar, en Carabanchel. Una casa de 21 plazas y por la que han podido pasar, desde 2009, unas 500 mujeres. Casi todas han sido presas y la inmensa mayoría son inmigrantes, no teniendo las españolas ningún recurso o seres cercanos a los que acudir. Además, bastantes de ellas permanecen en el hogar con sus hijos, lo que marca que su estancia con nosotros sea más o menos amplia”.

Como reconoce Jiménez, “este apoyo a las mujeres en Madrid es ahora el corazón de la fundación. Cuando pusimos en marcha el hogar, la Casa Miguel Ferrer, tras cedernos el espacio la comunidad de religiosas trinitarias de Mallorca, éramos conscientes de que había varios pisos para hombres que salían de la cárcel, de permiso o definitivamente, pero no había alternativas para ellas. Con la casa dimos un paso, pero ahora buscamos completarlo ofreciendo una vía de integración laboral propia. Y es que somos conscientes de que, por su situación, muchas de estas mujeres no han podido trabajar nunca”.

Prolibertas, trinitarios

Toda la familia trinitaria

Con el apoyo del Fondo Social Europeo, de la Fundación Educativa Santísima Trinidad y a través del “trabajo en red de toda la familia trinitaria, cediéndonos varias comunidades sus espacios y siendo este el proyecto social de todos nuestros colegios a nivel nacional”, se busca que la oferta formativa vaya creciendo con el tiempo: “Empezamos con dos cursos anuales y entre ocho y diez plazas. En la escuela de Algeciras contamos con tres cursos y 15 plazas, pero aquí también nos marca sus limitaciones la pandemia”.

“Aunque la clave –concluye Jiménez– es que, además de la formación específica, las mujeres que participen en los talleres adquieran una visión integral que, de cara al futuro, cuando puedan incorporarse a un trabajo, les sea útil para saber lo que pueden ofrecer en él. Se trata de favorecer el camino de estas personas, que lo han tenido muy complicado, para que alcancen una verdadera autonomía en su propia vida”.

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