Así vivió Francisco el ‘urbi et orbi’ extraordinario de la pandemia: “No me sentí solo”

  • Un año después de la oración que presidió en la Plaza de San Pedro, el Papa confiesa cómo surgió el acto:  “Todo nació de un pobre capellán de una prisión”
  • El libro ‘¿Por qué tienes miedo? ¿Aún no tienes fe?’ (Encuentro) recoge sus inquietudes en aquella tarde y los textos papales sobre el coronavirus, incluido ‘Un plan para resucitar’

“Estuve en contacto con la gente. No estuve solo, en ningún momento…”. Es la confesión que lanza el Papa, un año después de protagonizar uno de los momentos históricos de su pontificado: el ‘urbi et orbi’ extraordinario que convocó con motivo de la pandemia del coronavirus en una Plaza de San Pedro vacía por el confinamiento al que se sometía gran parte del planeta.



Así lo expresa Francisco en el libro “¿Por qué tienes miedo? ¿Aún no tienes fe?”, editado por el Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede. “Caminé así, solo, pensando en la soledad de tanta gente”, detalla el Papa a Lucio Adrián Ruiz, secretario del Dicasterio para la Comunicación. Al sacerdote, también le desvela cuál fue el origen de esta plegaria que dio la vuelta al mundo gracias a la televisión y a las redes sociales: “Fue algo único. Todo nació de un pobre capellán de una prisión”.

Un Plan para Resucitar

La obra, que en España distribuye ‘Ediciones Encuentro’, incluye esta conversación entre el Pontífice y el sacerdote, la oración íntegra acompañada de las imágenes más impactantes de aquella tarde lluviosa, así como otros documentos clave escritos por Francisco en este año de coronavirus, como ‘Un Plan para Resucitar’, la meditación que escribió para la Pascua de Resurrección de 2020 en ‘Vida Nueva’.

De aquel 27 de marzo de 2020, el Papa también recuerda cómo se dirigió en su interior al Cristo Milagroso al que los italianos imploraban contra la peste y que presidió la ceremonia: “Vos sabes de esto, ya en 1500 resolviste una situación como esta, meté mano’”. A continuación, Francisco explica a su interlocutor que “esta expresión ‘meté mano’ es muy mía. Muchas veces en la oración digo: ‘¡Meté mano, por favor!’”.

Sobre las imágenes que le vinieron a la mente mientras caminaba por la plaza, Jorge Mario Bergoglio trae al presente a toda “la gente unida a la distancia”, pero también a los migrantes. Y es que, en un lateral de San Pedro, se ubicó una escultura que representa a esos millones de hombres, mujeres y niños que se han visto obligados a huir de sus países en busca de un futuro mejor.

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