Feliz Año Nuevo: estos son los deseos de la Iglesia colombiana para 2021

La Iglesia colombiana recibe con esperanza 2021. Son muchos los desafíos que se presentan por causa de las secuelas de la pandemia, con sus inminentes rebrotes. Un panorama que amenaza con abrir más las brechas sociales existentes, pero con corazón y manos dispuestos a vivir la solidaridad.



Vida Nueva ha consultado a laicos, religiosas, diáconos, sacerdotes y obispos sobre lo que esperan para Colombia durante este nuevo año. Ellos y ellas son el rostro de una Iglesia que camina en favor de los excluidos y estos son sus deseos.

“Solidarios, unidos y reconciliados”

Elkin Álvarez, secretario general de la Conferencia de Obispos, en 2020 fue designado como titular de Santa Rosa de Osos. Para este 2021 desea para el mundo y Colombia “poder superar la pandemia hasta donde sea posible”.

Por supuesto ha invitado a todos asumir “las lecciones que nos ha dejado esta emergencia sanitaria para derrotar las pandemias sociales que tanto nos agobian” y sobre todo que “nos mantengamos solidarios, unidos y reconciliados” en todas las regiones.

El nuevo obispo, en lo personal, ha pedido “al Señor su gracia para guiar la Diócesis de Santa Rosa de Osos, con el propósito de avanzar en el plan pastoral, respondiendo a los desafíos de hoy que son tantos”.

Fraternidad, diálogo y amistad social

El año 2020 le trajo a Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, nuevas tareas y desafíos que ha asumido con mucha humildad y entereza. Es de este modo como para 2021 ha centrado sus esperanzas en “renacer en la alegría del encuentro con Jesucristo para crecer en la santidad viviendo el amor y el testimonio”.

Pide que haya discernimiento en la vivencia de la vocación misionera como también “trabajar por la fraternidad, el diálogo y la amistad social” en un país donde la paz pende de un hilo.

Ha animado al pueblo colombiano  “a redescubrir el amor conyugal y familiar” y, especialmente, a los hombres los ha invitado a “cultivar la valentía creativa de san José”

Gestos de solidaridad y compromiso

Aunque de nacionalidad argentina, la religiosa Daniela Cannavina, secretaria general de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos y Religiosas (CLAR), pasó todo el confinamiento en Bogotá, donde tiene sede esta instancia continental.

Para la religiosa de las hermanas Capuchinas de la Madre Rubatto, el nuevo año 2021 debe ser para “seguir luchando por un mundo en el que la fraternidad/sororidad se haga realidad, para que todas/os nos sintamos parte del sistema socio-político-económico que tanto excluye a un porcentaje altísimo de hermanas y hermanos, recluyéndolos a vivir con menos de lo mínimo”.

Hace votos para que los científicos encuentren soluciones viables frente a la pandemia y pide que las promesas de cambio de la experiencia vivida en este año que acaba “no queden en lindas frases, sino que cobre expresividad en gestos de solidaridad y compromiso”.

“La violencia tiene que acabar”

El presidente de la Conferencia de Religiosos de Colombia, César Rojas, ha expresado que lo primordial es superar la pandemia para luego “asimilar que la nueva realidad exige respuestas solidarias y prácticas en todos esos aspectos”.

El religioso apuesta para este 2021 por espacios de diálogo “en medio de los conflictos y confrontaciones que nos desbordan. La violencia tiene que acabar y para ello se necesita inversión social sobre todo en las zonas marginadas”.

“Como vida religiosa sigamos siendo fieles a los llamados que el papa Francisco nos hace para la consolidación de un mundo más fraterno y una sociedad más igualitaria”, acotó.

Paz y reconciliación

De ser el obispo de Cúcuta, Victor Ochoa Cadavid en 2020 fue designado como el obispo castrense de Colombia en relevo de Fabio Suescún, quien pasó a retiro por edad. Por supuesto sus deseos para este 2021 son la paz, reconciliación y diálogo como también el seguir aunando esfuerzos para mitigar la emergencia sanitaria que vive el país y la humanidad entera.

“Espero que podamos comprometernos desde nuestra fe y la caridad en Jesucristo por reconstruir todo el sufrimiento de este tiempo”, ha indicado.

“Vivir sin distracción la opción por los excluidos”

Susana Nuin, laica uruguaya, radicada en Colombia desde hace muchos años, es la actual coordinadora del Centro de Estudios Bíblicos, Teológicos y Pastorales (Cebitepal) del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). Espera para el 2021 “haber aprendido personalmente y como colectivo cuanto la pandemia nos quiso decir”.

Además invita a generar “con nueva decisión la fraternidad entre todos como camino y meta” y “vivir sin distracción la opción por los excluidos y buscar caminos de liberación para todos” acompañando “con la vida y el testimonio al papa Francisco en la dimensión sinodal”.

Construir fraternidad y dignidad humana

El hombre de la paz en Colombia y director de la Cáritas nacional, Héctor Fabio Henao, espera que “la humanidad reflexione en profundidad las lecciones que nos deja la pandemia y se emprendan las transformaciones para asegurar una sociedad más incluyente y  que asuma el cuidado de la casa común como  eje central”.

En una Colombia con acuerdos de paz en veremos, el sacerdote anhela que en 2021 “se tracen claramente políticas que ayuden a encontrar salidas para los desequilibrios y enormes inequidades que quedan después de las consecuencias sociales y económicas de la pandemia”.

Para el mundo en 2021 desea el fortalecimiento de la democracia y la participación, donde “la espiritualidad del encuentro con Dios y con los hermanos sea clave para construir fraternidad, respeto por la dignidad humana y acercamiento a la presencia misericordiosa de Dios”.

Una página de esperanza

La teóloga, escritora y docente de la Pontificia Universidad Javeriana, Isabel Corpas, ha señalado que “el paso de un año al siguiente suscita siempre expectativas, quizá porque es hora de cerrar balances y de abrir una página en blanco. Una página de esperanza”.

Su balance sobre 2020 ha sido poco alentador “marcado por la muerte de casi dos millones de víctimas del coronavirus y de tantas, tantísimas, víctimas de violencia política, social, sexual o racial”, aunque sin abrazos y en la distancia, las tecnologías han permitido acercarnos.

“Yo espero que podamos superar esta pandemia y que las familias puedan convertir su pena en esperanza y fortaleza para seguir adelante” y “espero que la experiencia vivida en estos tiempos de pandemia cambie nuestros corazones para lograr la paz y la justicia necesarias para la convivencia”.

Sensibilidad frente al dolor ajeno

Constanza Arango, coordinadora la mesa de Justicia, paz y cuidado de la creación de la Conferencia de Religiosos de Colombia, ha asegurado que en 2021 debemos tener “la sensibilidad frente al dolor ajeno” para fortalecer la relación con Dios.

“Esa mirada compasiva y misericordiosa hacia los otros, el compartir lo que somos y tenemos, la conciencia del valor y de la dignidad de las personas, y el situarnos del lado de los empobrecidos y de las víctimas de la violencia y de la injusticia”, ha dicho.

Sonrisas en los rostros de nuestros niños

Arelis Gaviria Montoya, directora encargada del Departamento de Estado laical y lugares eclesiales de la Conferencia Episcopal, ha acompañado durante 2020 las experiencias de trabajo en red de la pastoral de infancia como de encuentros virtuales con jóvenes en Colombia.

“Para el 2021 espero un año lleno de sueños, metas cumplidas para nuestros jóvenes, misiones realizadas llevando amor y esperanza, paz en los hogares y las naciones, salud para todos y en los rostros de nuestros niños una sonrisa que nos diga que cada día será mejor”, ha expresado.

Una mirada humanizada

Fray Gabriel Gutiérrez, franciscano y coordinador de la fundación Callejeros de la Misericordia, ha vivido con mayor intensidad la fe en este 2020. El sacerdote ha denunciado el desidia en la que viven más de 10.000 habitantes de calle en Bogotá, quienes han visto el peor rostro de la pandemia. En diversas ocasiones, el propio Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá, lo ha acompañado a visitar las periferias existenciales.

Por ello en este 2021 fray Ñero tan solo desea justicia, en una Colombia donde la pobreza y miseria crecen de manera exponencial. Un problema estructural que agravó el coronavirus.

En este tenor pide mayores acciones en favor de los descartados por la sociedad, tan solo basta “una mirada humanizada para dar los primeros pasos para transformar a este país donde impere la verdad y la justicia”.

Compromiso de cambio

Alirio Cáceres, diácono permanente de la arquidiócesis de Bogotá y asesor en temas de ecoteología de Cáritas América Latina, ha indicado que para 2021 espera conversión, conciencia, compromiso, coherencia con el cuidado de la casa común.

“Precisamente juego con la letra c y lo digo porque pienso que 2021 va ser complicado, creo que se prolonga el cambio de calendario, pero no cambian las circunstancias estructurales de las pandemias que atacan nuestra civilización y ante eso hay dos posiciones, una de madurez y otra de sentimientos egoístas”, comentó.

Frente a este dilema, la mejor fórmula es el discernimiento con un compromiso de cambio coherente en la cotidianidad.

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