En nombre de sus iglesias locales y desde las organizaciones que actualmente representan, el cardenal Pedro Barreto, arzobispo de Huancayo (Perú) y vicepresidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), Oscar Urbina, arzobispo de Villavicencio y presidente del episcopado de Colombia, y José Luis Azuaje, arzobispo de Maracaibo (Venezuela), presidente de los obispos venezolanos y presidente de Cáritas Latinoamérica y el Caribe, han expresado su mensaje de fin de año al pueblo de Dios.
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Vivir la fraternidad
Para Barreto, quien este año tuvo importante papel en el desarrollo del Sínodo de la Amazonía, “tenemos que mirar este año con los ojos de Dios para ver cuáles son las luces y cuáles son las sombras”, porque “tenemos que reafirmar la luz que Dios nos quiere ofrecer para poder iluminar la vida de la familia, de la sociedad y de la Iglesia”.
El purpurado ha invitado para este 2020 a vivir con mucho más compromiso la fe para realmente poder vivir en hermandad, lo cual significa “proceder con honestidad, proceder con verdad, con respeto. Podemos tener diferencias en puntos de vista político, incluso del punto de vista racial o económico”, por ello “tenemos que caminar juntos buscando el bien de todos, buscando que Dios nos bendiga en nuestro caminar, sabiendo que esa presencia que nos fortalece para hacer siempre el bien”.
Buscar la unidad de Colombia
Por su parte, Oscar Urbina no la ha tenido fácil, en una Colombia de postconflicto, donde la muerte de líderes sociales y recrudecimiento de la violencia en las zonas rurales han puesto en jaque los acuerdos de paz.
En este sentido, el prelado hace votos por la reconciliación y en unión con sus hermanos obispos ha exhortado a los colombianos –incluyendo a quienes han llegado como migrantes a residenciarse en el país– a “buscar lo que nos una, aportar lo más valioso de cada uno para que en armonía y fraternidad hagamos de Colombia casa y patria para todos”.
Asimismo quienes más han sufrido los rigores de la violencia son los niños, niñas y adolescentes, por ello Urbina ha invitado a “animar el sueño de un país donde los niños, adolescentes y jóvenes sean protegidos como un valioso tesoro, escuchados y ayudados en la conquista de sus nobles ideales”.
Protagonistas de su propia historia
La Venezuela de 2019 es el fiel reflejo de los poderes en pugna y de un pueblo sumido ante las pretensiones de quienes detentan el poder a toda cosa, sumado con una indiferencia internacional que sólo se hizo palabras. No obstante, para José Luis Azuaje, quien preside la Conferencia Episcopal en este país por más que los sufrimientos “aprieten” al pueblo, “el pueblo con dignidad sabe que siempre hay un mañana que fortalece el espíritu de lucha en la búsqueda del bien común, la verdad y la libertad”, ha dicho en su mensaje.
El prelado, quien también está al frente de la Cáritas del continente, ha pedido a la ciudadanía perseverar en sus esfuerzos por salir de la crisis, porque “esta vida no cae del cielo, sino que se construye desde los valores que fortalecen el ímpetu de lucha en la sociedad: la honestidad, la verdad, la paz, la justicia y la solidaridad”.
También ha alentado a aquellos que ante el miedo y la incertidumbre caen en la desesperanza, por lo cual “recibamos el nuevo año desde nuestros propios contextos de vida, aquellos que se encuentren solos porque su familia ha emigrado vayan al pesebre, y abracen a la familia de Belén que también fue migrante; abracen a sus seres queridos con el compromiso de ser sujetos de esta historia para hacer de ella, una historia viva del pueblo y no dejar que otros hagan de ella una ficción”.
