Papa Francisco: “Pidamos la gracia de no ser cristianos de palabras sino de hechos”

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“Pidamos la gracia de no ser cristianos de palabras sino de hechos. Para dar fruto, como Jesús desea”. Con estas palabras ha concluido el papa Francisco su homilía de esta mañana en la basílica de San Pedro con motivo de la misa con motivo de la IV Jornada Mundial de los Pobres, que este año tiene como lema ‘Tiende tu mano al pobre’. El Pontífice ha centrado su alocución en la parábola de los talentos ante un centenar de usuarios, voluntarios y trabajadores de organizaciones de beneficencia.



“El servicio es obra nuestra, el esfuerzo que hace fructificar nuestros talentos y da sentido a la vida: de hecho, no sirve para vivir el que no vive para servir. ¿Pero cuál es el estilo de servicio? En el Evangelio, los siervos buenos son los que arriesgan. No son cautelosos y precavidos, no guardan lo que han recibido, sino que lo emplean, ha dicho. Porque “el bien, si no se invierte, se pierde; porque la grandeza de nuestra vida no depende de cuánto acaparamos, sino de cuánto fruto damos. Cuánta gente pasa su vida acumulando, pensando en estar bien en vez de hacer el bien. ¡Pero qué vacía es una vida que persigue las necesidades, sin mirar a los necesitados! Si tenemos dones es para ser dones”, ha explicado.

“No nos dejemos contagiar por la indiferencia”

Para el Evangelio, “no hay fidelidad sin riesgo. Ser fiel a Dios es gastar la vida, es dejar que los planes se trastoquen por el servicio. Es triste cuando un cristiano juega a la defensiva, apegándose solo a la observancia de las reglas y al respeto de los mandamientos. Esto no es suficiente, la fidelidad a Jesús no se limita simplemente a no equivocarse”, ha recalcado, para luego añadir: “El Señor nos invita a jugárnosla generosamente, a vencer el miedo con la valentía del amor, a superar la pasividad que se convierte en complicidad. Hoy, en estos tiempos de incertidumbre y fragilidad, no desperdiciemos nuestras vidas pensando solo en nosotros mismos”. Y ha añadido: “San Pablo nos invita a enfrentar la realidad, a no dejarnos contagiar por la indiferencia”.

Como ha reconocido el Papa, “los pobres nos garantizan un rédito eterno y ya desde ahora nos permiten enriquecernos en el amor”. Porque “la mayor pobreza que hay que combatir es nuestra carencia de amor. Extiende tu mano a los necesitados, en lugar de exigir lo que te falta: de este modo multiplicarás los talentos que has recibido”, ha pedido.

Por último, Francisco ha aprovechado la jornada que él mismo instauró para instar a los católicos a que “si no queremos vivir pobremente, pidamos la gracia de ver a Jesús en los pobres, de servir a Jesús en los pobres”.

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