Francisco en el ángelus de la Jornada Mundial de los Pobres: “Utilicemos lo que nos ha dado Dios para hacer el bien”

El papa Francisco ha reflexionado en el ángelus de este domingo, 15 de noviembre, acerca de la parábola de los talentos. En ella, Jesús “habla de un señor rico que tiene que irse y, previendo una larga ausencia, confía sus bienes a tres de sus sirvientes”.



Además, en el relato “Jesús especifica que la distribución se hace según la capacidad de cada uno”, y esto “es lo que hace el Señor con todos nosotros: nos conoce bien, sabe que no somos iguales y no quiere favorecer a nadie en detrimento de los demás, pero confía a cada uno un capital acorde con sus capacidades”.

Y, ante la justificación por no haber actuado bien, Francisco ha señalado que, muchas veces, “tendemos a justificarnos acusando a los demás, pero ellos no tienen la culpa, el defecto es nuestro”. “Igual que el siervo acusa al amo por no haber actuado, nosotros nos justificamos muchas veces en los demás”, ha aseverado.

No hacer el mal no es hacer el bien

“Esta parábola es válida para todos pero, como siempre, especialmente para los cristianos”, ha subrayado el Papa. “Todos hemos recibido una ‘herencia’ de Dios como seres humanos: primero la vida misma, luego las diferentes facultades físicas y espirituales”, pero, “como discípulos de Cristo hemos recibido la fe, el Evangelio, el Espíritu Santo, los sacramentos…”. Estos, son “dones deben utilizarse para hacer el bien en esta vida, como servicio a Dios y a los hermanos”.

“Hoy, en la Jornada de los Pobres, en la que la Iglesia anima a los cristianos a no ser egoístas, a extender la mano al pobre”, ha apuntado Francisco. Porque, en esta jornada, “la Iglesia nos dice que utilicemos lo que nos ha dado Dios, que miremos a los pobres, porque hay muchos y están muy cerca”.

“A veces pensamos que ser cristianos es no hacer el mal, y esto está bien, pero no hacer el bien no es bueno”, ha señalado. “Debemos hacer el bien, salir de nosotros mismos y mirar a aquellos que tienen necesidad”, ha dicho Francisco, recordando que, “En esta lógica de la indiferencia, miramos para otro lado y dejamos de lado al pobre. Pero es Cristo el pobre”. 

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