El lamento de los obispos de Haití: “La violencia está llevando al país directo al abismo”

“Nosotros, los obispos católicos de Haití, condenamos enérgicamente el asesinato del Maestro Monferrier Dorval, presidente del Colegio de Abogados de Porto Príncipe, así como todos estos últimos asesinatos a balazos perpetrados en el país”. De esta manera se posicionaba la Conferencia Episcopal de Haití, en una declaración enviada a Fides, en la que subrayan y condenan la “inseguridad endémica, la violencia de las bandas armadas que afligen al país, sembrando muerte, duelo, aflicción, desolación y miedo en el familias” que se vive en el país. Una situaciones que, advierten, “llevan a Haití directo al abismo”.



“Lamentablemente, esta realidad se ha convertido en la vida cotidiana de la población que ahora vive en estado de shock, con trauma, rabia, indignación, revuelta y preocupación”, dicen. “Son un ataque extremo y grave a la vida, que así se banaliza, pero también un ataque a la justicia, al derecho, a la paz, a la convivencia social, a la convivencia para la construcción de una sociedad justa, fraterna, armoniosa y pacífica”, aseveran.

“El país se hunde en la oscuridad”

En su documento, los prelados también cuestionan a las autoridades, a quienes preguntan por qué “permanecen indiferentes, con los brazos cruzados, sin hacer nada”. “Ya no podemos seguir adelante. La población pacífica y civil está cansada. La gente se ha cansado de la retórica vacía, las falsas promesas y las indagaciones infructuosas”, subrayan. “Hay que actuar de inmediato con acciones concretas y contundentes para erradicar definitivamente la inseguridad y la impunidad que aumentan la miseria y la desesperación”.

De esta manera, los obispos piden una “acción inmediata”, temiendo que finalemente sea “demasiado tarde”. “El país se hunde en la oscuridad del estancamiento económico, el sufrimiento y la desesperación. Es absolutamente necesario que haya una acción nacional, por parte de todas las fuerzas morales y espirituales del país, de lo contrario se hundirá en el abismo para siempre. Y todos seremos perdedores, gobernantes y gobernados”, concluye el texto.

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