Juan José Omella, nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española

El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, es el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal. Omella ha recibo esta mañana el respaldo de los obispos reunidos en Asamblea Plenaria en Madrid.



Omella, de 73 años, ejercerá este nuevo servicio a la Iglesia española durante cuatro años, debido al cambio en los estatutos del Episcopado, que hasta ahora establecía mandatos por trienios. Este “encargo” propiciará que el Papa retrase su jubilación que oficialmente debería tener lugar a los 75.

Sondeo confirmado

Ya en el sondeo orientativo celebrado el lunes por la tarde, el purpurado de origen aragonés obtuvo un respaldo significativo, lo que hacía prever, como así ha sido, que su elección este martes sería rápida. Atrás han quedado otros nombres que se situaban en las diversas quinielas públicas que han trascendido que habrían logrado también apoyos notables en la primera ronda como el obispo de Getafe, Ginés García Beltrán; el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz; el obispo de Bilbao, Mario Iceta.

El cardenal arzobispo de Barcelona toma el relevo del cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, que ha sido presidente de los obispos durante nueve años y que en la apertura de la Plenaria se despidió recordando a los votantes que “las elecciones no son un reparto de poder”.

Una “legislatura” intensa

Omella llegó a la sede de Barcelona, después de pasar como obispo por Barbastro, Logroño y ser auxiliar de Zaragoza. Natural de la localidad turolense de Creta, su vocación misionera le llevó a Zaire y hoy por hoy es hombre de confianza del Papa Francisco, que le creó cardenal en junio de 2017 y le ha situado en la Congregación para los Obispos.

Por delante, le espera una “legislatura” intensa tanto en clave interna como en clave externa. De puertas para adentro, está llamado a aterrizar las reformas e impronta papales en una Iglesia española que parece no responder con la agilidad que se espera desde Roma. En materia sociopolítica, tiene la encomienda vaticana interiorizada por Blázquez y Osoro, de apostar por el diálogo y la negociación con el Gobierno de coalición. Una “colaboración crítica” para abordar la agenda programada por Pedro Sánchez y que pasa por cuestiones como la eutanasia, la nueva ley educativa con la escuela concertada y la asignatura de religión como acicates, la reforma del régimen fiscal de la Iglesia o la resignificación del Valle de los Caídos.

Se da la circunstancia por primera vez un arzobispo de Barcelona es elegido presidente de todos los obispos españoles. Esta designación resulta especialmente simbólica si se tiene en cuenta la crisis abierta por el ‘procés’, de la que no ha permanecido ajena la Iglesia española y catalana. En esos momentos previos al 1-O – y también ahora- el papel apaciguador del cardenal Omella ha resultado clave.

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