El nombre de Juan José Omella fue el más repetido ayer por la tarde en el recuento de sondeo realizado por los obispos en la primera jornada de la Asamblea Plenaria de los obispos españoles. De esta manera, se apuntaría al cardenal arzobispo de Barcelona como el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal.
Habrá que esperar hasta la votación oficial que arranca hoy a las diez de la mañana para confirmar esta tendencia, en tanto que resulta complejo calibrar su alcance definitivo teniendo en cuenta que cada obispo pone tres nombres en cada papeleta en el sondeo y uno en la votación lo que implica una concentración de votos. Sin embargo, lo habitual es que, en un pacto de caballeros, se respete la voz mayoritaria del escrutinio de reconocimiento del lunes y no se produzca un vuelco hacia otros candidatos que también recibieron un apoyo significativo.
Quinielas (casi) confirmadas
Entre los otros nombres que se escucharon ayer por la tarde en el sondeo, se encuentran los anunciados en las quinielas precedentes: el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz; el obispo de Getafe, Ginés García Beltrán; y el obispo de Bilbao, Mario Iceta.
Por su parte, el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, habría recibido menos apoyos de los esperados y buscados, mientras que tanto el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, como el arzobispo castrense, Juan del Río, habrían obtenido un respaldo a tener en cuenta.
De esta manera, y con el voto presidencial orientado, habrá que esperar para despejar la duda sobre quién será el vicepresidente de la Conferencia Episcopal, un cargo más simbólico que ejecutivo, pero que podrá dilucidar si hay un equilibrio de fuerzas en la Casa de la Iglesia para los próximos cuatro años.
