Felix Anthony Machado, arzobispo indio de Vasai, desgranó esta mañana la apuesta del Papa por una cultura de la paz, durante su ponencia en el Congreso ‘La aportación del Papa Francisco a la teología y a la pastoral de la Iglesia’. “Retando a las personas a reconocer al otro y a su libertad, el Papa Francisco llama a todos a comprometerse con la protección de los derechos fundamentales en todas partes por todo el mundo”, expuso, situando como referente el Documento sobre Fraternidad Humana para la Paz Mundial y la Convivencia en Abu Dhabi, firmado junto al jeque Ahmad Al-Tayyeb, el Gran Imam de Al-Azhar.
“¿No es urgente que los creyentes de todas las religiones redescubran y mantengan siempre vivo el espíritu de Asís, como un motivo de esperanza para el futuro?”, se preguntó el prelado. A renglón seguido, se respondió: “Aunque los creyentes de todas las religiones tienen un único objetivo y una intención compartida, a saber, la paz, nuestra ir juntos para rezar no debe llevarnos a la oposición y menos aún al desdén mutuo, sino al diálogo constructivo y a la amistad a través de las fronteras religiosas”.
Una verdad persuasiva
Para Machado, Francisco “dice la verdad persuasivamente, a saber, que es la violencia la que levanta muros y barreras, los cuales bloquean a quienes buscan un lugar de paz. Es la violencia la que hace retroceder a quienes huyen de condiciones inhumanas con la esperanza de un futuro mejor”.
“¡Es la violencia la que excluye a niños y ancianos de la sociedad y de la vida misma! ¡El Santo Padre también habla convincentemente sobre la violencia que se hace cuando el abismo se ensancha entre aquellos que desperdician lo que no se necesita y los que carecen de lo que es necesario! Él declara que en nuestro mundo, la fe en Dios nos hace creer y nos hace gritar que la paz es posible”, clamó en relación al magisterio papal.
Asís y el Espíritu Santo
“No hay más alternativa que construir el futuro juntos o no habrá futuro”, auguró el arzobispo indio, que considera que el llamado espíritu de Asís “se refiere esencialmente al Espíritu Santo, cuya presencia siempre necesitamos descubrir en nuestra vida y que está presente de manera secreta e innegable, especialmente cuando y donde se inicia, promueve y apoya cada esfuerzo, pequeño o grande, aparentemente importante o no, visible o invisible, para construir la paz”.
