El presidente del CELAM acoge con beneplácito el ‘Instrumentum laboris’ del Sínodo Panamazónico

  • “La Iglesia tiene la oportunidad de ser oyente en esta zona donde tanto está en juego”, dice Miguel Cabrejos
  • El prelado destaca que “la escucha implica reconocer la irrupción de la Amazonía como un nuevo sujeto”

Miguel Cabrejos Vidarte, arzobispo de Trujillo,  presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), ha expresado su beneplácito por la publicación del ‘Instrumentum laboris’, un insumo producto de un largo proceso de consultas a las comunidades amazónicas y que ha puesto a la palestra el diaconado femenino y la ordenación de ancianos con familia estable, entre otros hitos para la Iglesia universal. Así lo ha  informado la oficina de prensa de la CEP.

Asimismo este documento –supervisado por el propio Francisco– consta de tres partes a saber: la voz de la Amazonía, el clamor de la tierra y de los pobres a partir de la ecología y los desafíos y la esperanza de la Iglesia en la región amazónica.

A la escucha de un nuevo sujeto

Este instrumento además servirá de base para las reflexiones y debates que se harán en la próxima Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la región Panamazónica: ‘Nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral’, a realizarse en Roma en el mes de octubre, por lo cual Cabrejos ha invitado “a todas las jurisdicciones y fieles en general a leer y trabajar este valioso documento”.

“La Iglesia tiene nuevamente hoy la oportunidad de ser oyente en esta zona donde tanto está en juego” a dicho el prelado, quien ha acotado que  “la escucha implica reconocer la irrupción de la Amazonía como un nuevo sujeto. Este nuevo sujeto, que no ha sido considerado suficientemente en el contexto nacional o mundial ni en la vida de la Iglesia, ahora es un interlocutor privilegiado”.

Una belleza herida y deformada

El presidente del CELAM ha destacado que el ‘Instrumentum laboris’ “menciona, de manera especial, que la Amazonia hoy es una belleza herida y deformada, un lugar de dolor y de violencia, como lo han expuesto los informes de las Iglesias locales recibidos por la Secretaría General del Sínodo”.

Igualmente señala que en el texto también se advierte de los peligros del territorio, el cual  “se ha convertido en un espacio de enfrentamientos y de exterminio de pueblos, culturas y generaciones” como también “constata que hay muchas personas que se ven obligadas a abandonar sus tierras; y otras caen en redes de mafias, tráfico de drogas y de seres humanos (especialmente mujeres), trabajo infantil y prostitución”.

Finalmente el arzobispo se hace eco de la urgencia al que la Iglesia esta llamada a responder “iluminando y defendiendo la dignidad humana, de la mano con el cuidado de su entorno vital”.

Foto: CEP

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