Tribuna

Los desafíos de los católicos en República Dominicana

Compartir

Esta pandemia ha transformado nuestras vidas y ha puesto a prueba nuestra fe, creencias y valores. En tiempos de crisis, se hace aún más evidente la importancia de construir vínculos basados en la confianza y la responsabilidad.



Hoy República Dominicana es un ejemplo para Iberoamérica en lo que respecta a la administración de la pandemia, precisamente porque entendimos que la salida individual no es una opción y que debemos trabajar juntos, gobernantes y ciudadanos.

Y en este camino ha sido muy importante mantener en alza los valores que nos hacen mejores como personas y como comunidad. En esta adversidad, fuimos protagonistas y testigos de los más grandes actos de valentía, resiliencia, empatía, solidaridad, cooperación. Y son estos actos los que nos demuestran el enorme potencial que tenemos cuando nos unimos por una causa y cuando nos guían los valores correctos.

Centralidad de la familia

Creo también que estos tiempos, aunque tristes, nos han devuelto la mirada sobre algo muy importante y que no debe perder jamás la centralidad: la familia. Este malicioso virus que nos hace sufrir ante la pérdida de seres queridos y nos impide abrazarnos a ellos, nos recuerda a cada momento el valor de la familia, como sostén de nuestra vida y como base de una sociedad más fuerte, justa y equitativa.

No abandonemos las actitudes y valores que pusimos en práctica y sigamos cultivando una actitud de respeto, empatía y vocación de servicio. Hagamos que todo este esfuerzo valga la pena; el desafío no es volver a ser como antes sino mejores.


Escrita por Víctor “Ito” Bisonó, Ministro de Industria, Comercio y Mipymes de la República Dominicana. Diputado 2002/2020 y miembro de la Academia de Líderes Católicos