Tribuna

Diez años de pontificado: Francisco y las mujeres, ¿un Papa feminista?

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¿Alguna vez un papa ha abierto tanto las puertas de la Iglesia a las mujeres? Diez años después de la elección de Francisco, los observadores vaticanos son casi unánimes al afirmar que los avances en este ámbito no tienen precedentes: lectorado y acolitado, nombramiento para puestos de responsabilidad en la Curia… El Papa proclama alto y claro su preocupación por incluir a más mujeres en la vida de la Iglesia.



Este impulso de apertura a la participación de la mujer en decisiones importantes para la Iglesia católica se refleja desde hace varios años en los nombramientos en la Curia, incluso en los dicasterios antes reservados a prelados y cardenales. En julio, tres mujeres fueron nombradas para el Dicasterio para los Obispos, la primera vez que son nombradas para una institución exclusivamente masculina.

“Esta apertura corresponde a la misión evangélica de la Iglesia en una sociedad que debate las cuestiones de género, atestigua la importancia de la contribución específica de hombres y mujeres y su necesaria colaboración al servicio de la misión”, afirma Laëtitia Calmeyn, una de las primeras mujeres nombradas para el Dicasterio del Clero en 2018.

‘Praedicate Evangelium’

La posibilidad de asignar a las mujeres puestos de responsabilidad en las más altas instituciones eclesiales fue avalada por la constitución apostólica ‘Praedicate Evangelium’, que entró en vigor en junio de 2022. “El texto establece una forma de desconexión entre las responsabilidades y la ordenación. Al desclericalizar la Curia, Francisco permite a las mujeres dirigir los órganos del Vaticano”, subraya Nathalie Becquart, nombrada en febrero de 2021 subsecretaria del Sínodo de los Obispos con derecho a voto, una primicia en el Vaticano.

Aunque todavía no se ha nombrado a ninguna mujer para dirigir uno de los “ministerios” del Vaticano, “nada impide que una mujer dirija un Dicasterio en el que un laico pueda ser prefecto”, dijo el Papa en diciembre, añadiendo que tal nombramiento, que sería el primero en la historia de la Iglesia romana, podría tener lugar dentro de dos años.

El papa Francisco, en una muestra de cariño a una mujer

Otro gesto fuerte del Papa es la ampliación del papel de la mujer en la liturgia mediante la apertura de los ministerios del lectorado y el acolitado hace dos años. “Es un gesto simbólico, porque las comunidades cristianas ya implicaban a las mujeres en el servicio del altar y de la palabra, lo que no significa que la decisión carezca de valor”, afirma la teóloga Anne-Marie Pelletier. “Tiene el efecto de poner de relieve la chocante anomalía de la situación anterior. Hoy ya no se puede invocar al magisterio para mantener alejadas a las mujeres”, añade.

Aunque los avances de Francisco son bien recibidos por los católicos, aún queda mucho por hacer para cambiar la cultura en el Vaticano. “Todavía no se consulta lo suficiente a las mujeres”, admite un alto funcionario de un Dicasterio romano. “La tendencia es más bien consultar al clero, mientras que en la Curia diocesana se las solicita más”, recalca.

La apertura del Papa parece haber creado ya un impulso en las Iglesias locales. A lo largo de su pontificado, se han multiplicado los nombramientos de mujeres para conferencias episcopales y obispados. “Los obispos vieron lo que hacía el Papa, eso les animó”, dice Becquart. Para la religiosa, “la llamada a implicar a las mujeres en la vida de la Iglesia es muy fuerte y viene de todas partes”.


*Artículo original publicado en La Croix, ‘partner’ en francés de Vida Nueva