Pocos pueden dudar de que estamos atravesando tiempos de fuerte crisis en los que parece que se cuestionan gravemente pilares fundamentales de nuestra civilización como los Derechos Humanos, la Democracia o la Fraternidad Universal. La respuesta no es aumentar la polarización, aislarnos ni caer en la desesperanza, sino que todo desafío se supera con mayor profundidad y elevación a lo más trascendente. San Agustín es el maestro ante las crisis de civilización.
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Os facilitamos el cuaderno de oración para que convoquéis y celebréis un retiro alrededor de la experiencia espiritual de san Agustín. Mientras sucedía la caída del imperio romano, san Agustín logró dar un salto para comprender el verdadero corazón de la humanidad y puso la base para construir una nueva ciudad iluminada por el amor de Dios.
Dios cree en nosotros muchísimo más de lo que a veces nosotros mismos creemos. Dios nos hace muchísimo más libres de lo que nosotros nos liberamos. Dios nos hace ser muchísimo más de donde nosotros alcanzaríamos sin Él. San Agustín nos ayuda a ser las personas que necesita precisamente este momento de cambio de época.
En el Jubileo de la Esperanza que la Iglesia universal acaba de abrir para toda la Tierra, seamos luminarias para alentar a nuestro mundo a dar lo mejor de sí, convoquemos las fuerzas más profundas y benéficas del ser humano, vivamos con el corazón en la mano, bien alto para iluminar el mundo.
