¿Por qué discuten Rociíto y Antonio David?


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Llevamos ya una larga temporada en que parece que el único tema de conversación es la relación entre Rocío Carrasco y su exmarido, Antonio David Flores, a cuenta de una especie de entrevista-documental a la hija de Rocío Jurado que se proyecta por entregas en Telecinco.



Independientemente de quién tenga razón en esta trifulca, en la que ha llegado a intervenir hasta la ministra de Igualdad, lo cierto es que nos encontramos ante la disputa –aireada públicamente– entre dos personas que se han separado, algo tan triste como corriente, por desgracia.

Adán y Lilit

En la tradición judía hallamos algo parecido con las figuras de Adán y una fascinante mujer llamada Lilit. En un texto conocido como Génesis Rabbah, un comentario al libro del Génesis que data de la primera mitad del siglo V d. C., se lee lo siguiente: “‘Y exclamó el hombre: ¡Esta vez sí que es!, etc.’ [Gn 2,23]. Yehudá ben Rabbí dijo: ‘Al principio [Dios] la creó para él [Adán], quien la vio llena de flujos y sangre, por lo que la separó de él, y más adelante la creó por segunda vez [refiriéndose ahora a Eva]. Por eso exclamó: ¡Esta vez sí que es hueso de mis huesos!’”.

O sea, que esta primera mujer de Adán –que luego se identificará con Lilit– fue apartada de él por su inmundicia (“flujos y sangre”). A continuación, Génesis Rabbah añade un pensamiento de Adán que denota la hostilidad hacia ella: “Esta es la de la vez anterior; esta es la destinada a agitar contra mí la campana [una metáfora judicial] y a acusarme […]; esta es la que me tenía inquieto toda la noche” (18,4).

Rocío Carrasco y Antonio David Flores nulidad matrimonial Contar la verdad para seguir viva

Esta Lilit procede del mundo mesopotámico, donde es un demonio femenino. Para la Biblia, este demonio femenino está asociado a la noche (en hebreo, lailah) y su mundo, poblado de seres adversos y malignos: “Los gatos monteses encuentran hienas, los chivos se llaman uno al otro, allí reposa Lilit y establece su morada” (Is 34,14).

Así, según esta tradición judía, la primera pareja humana –la de Adán y Lilit– acabó en un conflicto que hace palidecer al de Rociíto y Antonio David, mal que le pese a Telecinco, cuya caja registradora, por cierto, no deja de sonar.