Raúl Molina
Profesor, padre de familia y miembro de CEMI

Mi amiga jefa de estudios


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Para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos (Mt 5,45).

Me escribe por WhatsApp una amiga muy cercana, jefa de estudios de instituto:

“Cambiando de tema y hablando de prejuicios… Creo que soy mala jefa de estudios, no quiero echar a los ‘malos’, pobres de familias complicadas… a esos que los profes no les aguantan nada, pero si viene de otros sí… ¡Ni si quiera lo intentan por difícil que sea! ¡Ni ven los pequeños avances! ¿Tú cómo lo ves? Como profe ya de la pública… (tres emojis de lamento). A cambio hacemos mucho con él, en el despacho claro… hablamos, pensamos, adaptamos, ¡pero los profes a la mínima, chas! ¡Fuera!”.



Yo le respondo:

“Pues pienso que la estructura escolar es incapaz de dar respuesta a cierto tipo de chavales (emoji triste). No es problema de la jefa de estudios. Si ellos encuentran en tu despacho un espacio donde sentirse escuchados, valorados, acompañados… ya tienes razones más que importantes para estar contenta con tu labor. Sobre los profes, qué te voy a contar, de alguna manera hay que hacerles ver que su trabajo es enseñar a buenos y malos, pero bueno… Pensando en ti, creo que lo último que tenemos que hacer es fustigarnos con culpas que no son nuestras. Es duro ver que no llegamos a ciertos chavales como nos gustaría, pero, por otro lado, nunca sabemos la influencia que tenemos en ellos y, sinceramente, creo que siempre supera nuestras expectativas, aunque no siempre la veamos. Bueno, y ya, que vaya parrafada”.

Ella concluye:

“Pues eso, que su trabajo es con los buenos y los ‘malos’. Muchos no lo saben, pero ya a principio de curso… tirar la toalla… pero vamos que pasa en todos los sitios. Lo intentaremos aunque no saquemos nada”.

Conviene sacudirse el polvo.