El 22 de marzo había convocada en Madrid una manifestación de médicos de toda España para reivindicar un mejor trato por parte del ministerio. Mejores condiciones laborales, un marco regulatorio propio, una mayor capacidad de decisión sobre nuestro trabajo. Reivindicaciones antiguas, lógicas, de un colectivo profesional sobre el que pivotan los cuidados sanitarios de toda la población. Dicha manifestación se canceló por las lluvias torrenciales de aquellos días, y se pospuso a este 5 de abril.
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Nos llamaron para afrontar una pandemia, y fuimos. Nos necesitaron, y estuvimos. Con medios de defensa y tratamiento a veces precarios, dejándonos durante meses jirones de vida, de tranquilidad, exigiéndonos a nosotros mismos una entereza que no siempre poseíamos; exponiéndonos al contagio día tras día, más preocupados por nuestros seres queridos que por nosotros mismos. Conviviendo con la incertidumbre clínica y la convicción de que las decisiones se tomaban desde la soberbia y la incompetencia.
Escasa capacidad de maniobra
Hemos ejercido durante décadas con escasa capacidad de maniobra fuera de la esfera estrictamente clínica, sin capacidad de influir en las decisiones de política hospitalaria que condicionan la realidad sanitaria de la ciudadanía (listas de espera, disponibilidad de medios diagnósticos y terapéuticos, demoras en la asistencia).
Por todo ello, parece lógico que reclamemos un respeto que brilla por su ausencia por parte de quienes ostentan el poder tanto a nivel estatal como autonómico; carecen de autoridad alguna sobre nosotros, pero tienen fragmentos de poder que les permiten decidir sobre nuestro tiempo y hacienda.
Es mi obligación acudir
Dudo de la efectividad de la manifestación que menciono, máxime cuando los sindicatos médicos convocantes acuden divididos; a pesar de ello, considero nuestras reivindicaciones justas, y debemos expresar nuestro disgusto y disconformidad con una ministra que no merece el título que ostenta. Puede que estudiase Medicina e incluso hiciese el MIR, pero ya no es compañera, si es que alguna vez lo fue.
Recen por los enfermos y por quienes les cuidamos, y por este país.
