Jose Fernando Juan
Profesor del Colegio Amorós

Lecturas que (no) son para el verano


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En este tiempo surgen listas de todo tipo que invitan a la lectura. En grandes medios y en cuentas particulares. Y es un gusto pasar por ellas, leer las críticas –en algunos casos, auténticas obras de arte cuidadas–, compartir sugerencias, cotejar opiniones y, de vez en cuando, dialogarlas. Ese salto a convertir el libro en tema de conversación es otro placer que cuidar y considerar como un tiempo nutritivo.



Junto a estas lecturas, propias del descanso, de la agilidad, del gusto están otras que no son estrictamente para el verano. Bien porque sean clásicos, para todo momento y casi da igual el motivo por el que se llega a ellas. Bien porque requieran justo lo contrario de lo que parece demandarse en vacaciones, para desconectar o descansar de la vida normal.

Este año se han publicado o traducido algunas muy interesantes. Hacer el repaso de todas es pretencioso. Pero recojo algunas, por incitar a ellas, si es que este tiempo quiere aprovecharse en esta dirección. Con libertad y con paz.

‘Un Dios que siempre es más’, de Janet P. Williams

De los últimos, ‘Un Dios que siempre es más’, de Janet P. Williams, en Sígueme. Una presentación de teología de Dios como misterio. Como he dicho a algún amigo, las primeras páginas presentan el impacto fundamental y todo el libro se dedica a aproximarse, desde distintas fuentes, a esta experiencia para escalarla, poner cierto orden y verse en sus exigencias. Creo que es un libro estupendo para aquellos que, habiendo dado ya sus primeros pasos con madurez y compromiso viven lo que Juan de la Cruz llama “noches”. Espero que les ayude.

‘Humano, más humano’, de Josep Maria Esquirol

Otra lectura de 2021 puede ser ‘Humano, más humano’, de Josep Maria Esquirol, quien en 2016 recibió el Premio Nacional de Ensayo por ‘Resistencia íntima’. Dicho sea de paso, premio que sitúa en el orbe de intelectuales a personas de mucho interés para nuestro tiempo y en el que se pueden encontrar textos que tampoco son estrictamente para el verano y que sería importante recorrer ciudadanamente. En su libro de este año esboza un panorama que dialoga, con sus conceptos, en una humanidad a la intemperie y siempre en la incertidumbre, sin escepticismo pero con amplitud, que rescata para este tiempo en crisis una mirada con altura y hondura al ser humano y su condición. Algunas páginas de este libro son “para pensar”, dan mucho en lo que pensar. ¿Cómo estamos viviendo?

Colección Educar Práctico, de PPC

Pensando en educadores y en lo que está por venir, dos libros recientes de PPC, que forman parte de una colección que espero que dé mucho que hablar –Educar Práctico–, nos invitan a considerar el cristianismo en diálogo con la literatura –’Literatura y cristianismo. Un diálogo curricular’, de Miguel de Santiago– y con la economía –’Economía y cristianismo. Un diálogo curricular’, de Enrique Lluch–. Tienen un enorme recorrido, aunque todavía no he recibido muchas impresiones sobre ellos. Su espacio es el diálogo entre disciplinas llevado al ámbito de la educación secundaria y el bachillerato. Pero son, en realidad, reflejo de una de las grandes demandas de nuestro tiempo: la conexión de saberes, la integración de los saberes en una persona integrada, integral e íntegra. Es decir, lo contrario del ideal de especialización aislada de la modernidad y –no digamos– del desastre de la fragmentación y quiebras de sentido de la posmodernidad. Estos libros, escritos por expertos en los que ellos mismos está hecha esa síntesis, abren un camino por el que ojalá seamos capaces de transitar en comunidad y claustro.

Rafael Narbona

Un autor que lleva tiempo haciendo las delicias de muchos es Rafael Narbona. ‘El coleccionista de asombros’, junto a ‘Peregrinos del absoluto’, son sus obras más recientes. Prosa cuidada que refleja muy bien la hondura y el pensamiento que hay detrás, el gusto recuperado por la vida y el reflejo de una situación en cambio y en búsqueda, que se hace consciente de los temas fundamentales de nuestro tiempo y procura tratarlos con libertad y sin ataduras. Aquí se encuentran lecturas por doquier. Un trampolín a muchos autores que poder saborear gracias a su paladar y para los que, pese a que en verano hay tiempo, habría que dedicar toda una vida calma y templada.

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Lamento mucho todos los que he dejado por el camino. Lo mejor es hacer una buena lista con las editoriales y librerías para estar al día. No es una excursión exclusiva del verano. Aunque en verano se pueda sacar tiempo para esta composición. Como ha dicho Irene Vallejo recientemente nunca antes se ha leído tanto y nunca se ha escrito tanto. Frente a pesimistas, creo que mucho es de gran calidad y que se van depurando estos procesos. Tanto en quienes escriben, como en quienes editan y, por supuesto, en quienes leen.

Quedan muchos más, sin duda. Que ojalá se sumen a esta lista. Y que abran espacios para dialogarlos, tomarlos en serio, reflexionarlos, debatirlos, discutirlos, criticarlos y sacar su sabor. Quizá el libro, la lectura y la cultura sean el espacio social de amistad y encuentro que más necesitemos en nuestro tiempo, del que puedan surgir fecundamente otras muchas iniciativas en todas direcciones, con esa matriz tan propia y suya que es el tiempo pausado, la calma, la comprensión, el enriquecimiento y la elevación de nuestra condición humana compartida. ¡Más lecturas, por favor!