Durante el pasado fin de semana se ha celebrado la 22 Asamblea General del Consejo de la Juventud de España (CJE), un órgano que pertenece al Instituto de la Juventud de España, del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. El CJE es una plataforma de entidades juveniles, creada en 1983 y formada por los Consejos de Juventud de las Comunidades Autónomas y organizaciones juveniles de ámbito estatal. Su fin es propiciar la participación de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural de nuestro Estado. En la actualidad 60 entidades juveniles formamos parte de este proyecto común.
Jóvenes menores de 30 años
Me sorprende la poca cobertura que se da a este tipo de actos, en los que cerca de 200 jóvenes de toda España, de una amplia diversidad de asociaciones, nos reunimos para aprobar posicionamientos políticos, sociales, económicos… a parte de un propio Reglamento Interno y un Código ético que nos permita funcionar de manera independiente. Todo esto, organizado por y para personas jóvenes. El requisito principal para poder participar es ser menor de 30 años, y una de las formas de llegar a este espacio es pertenecer a una asociación en tu barrio, pueblo, parroquia, instituto, a través de los Consejos Autonómicos, o una asociación de ámbito estatal.
Por supuesto tiene muchas carencias, pues no llega como quisieran a la juventud no asociada, e incluso la asociada a nivel autonómico tiene dificultades si en su región no existe una plataforma como tal. Actualmente no todas las comunidades poseen Consejos de la Juventud, por la cantidad de trabas que se ponen a la hora de su creación y mantenimiento. De entre las que sí lo tienen, destacan Extremadura, Canarias, Asturias, Navarra, Euskadi, Castilla y León, Madrid, Comunidad Valenciana o Andalucía.
Apostar por esto es apostar por la juventud de este país, por el presente, y por el futuro. Es un espacio en el que se habla con lenguaje inclusivo, se traduce a lengua de signos, se tiene en cuenta la diversidad de género, la orientación sexual, promueve la participación de mujeres en los turnos de palabra y en la representación, trabaja por la participación de personas y colectivos con discapacidad… etc. Un espacio en el que se refleja inclusión, diversidad y visibilidad.
Inclusión, diversidad y visibilidad
Y es que los Goya de este año han estado marcados por momentos que reflejan estas tres palabras, como mostraba el premio a mejor actor revelación, Jesús Vidal. La película ganadora, realizada con actores y actrices con discapacidad sin un ápice de paternalismo, pero con mucha valentía; la más premiada, sobre un político corrupto; el actor revelación, con discapacidad…
Y la música, con las artistas del momento, jóvenes y mujeres. Flamenco, tradición, música clásica, pop… Rosalía, Rozalén, Judit y Amaia, que con 20 años y ante un fallo técnico, tiene la templanza de salir a excusarse y pedir la repetición.
Momentos de primer orden en la esfera televisiva, en las casas de millones de personas, que reflejan el avance de una sociedad que a veces parece resistirse. En la Iglesia todavía falta mucho, pero algunas queremos estar a la altura.
Como nos decía este fin de semana Pau Mari-Klose, del Alto Comisionado para la Pobreza Infantil, “una sociedad que ahoga a su juventud se ahoga a si misma”. Tomemos nota.
