José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

Jugar con la salud del Papa


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VIERNES

Quedarse anclado en la nostalgia impide ver lo bueno del futuro. Me pasa con la selección. Por momentos, hasta llegar a los cuartos, soñé con que aquello era Mask Singer y alguno de los pupilos se quitaría la careta para que volvieran a aparecer Iker o Iniesta. Pero no. El seleccionador quiso pasar página. Toma odres nuevos.

Con dificultades para encajar en los primeros minutos de la Eurocopa y la desconfianza de la afición, que daba todo por perdido en la primera fase. No solo se cuelan en octavos, sino que alcanzan los cuartos y ahora se meten en semifinales por méritos propios. Aquellos en quien pocos creían, han demostrado que llegan para quedarse. Porque alguien les dio una oportunidad. Cuestión de fe.



DOMINGO

Portada de periódico. Un zasca que no se hace por convicción, sino simplemente por hacerse con un titular tan llamativo como cogido por unas pinzas inexistentes. Es lo que tienen los fichajes ideológicos de superioridades que poco saben de principios fundacionales. Todo, incluidas las presiones a los plumillas, con tal de dar una bofetada gratuita. El mismo diario que se jacta un día a la semana de ser el abanderado.

LUNES

Francisco no se pide la baja. Ni siquiera cuando estaría justificada. Apañar la agenda para que las vacaciones de verano de uno coincidan con el ingreso hospitalario. Bisturí papal para que nadie sospeche en el ángelus, pero también para que nadie especule más de la cuenta. Anunciando un septiembre con viaje. No es nuevo que gusta jugar con los rumores sobre su salud. Y a quien lo intentó en el cónclave, salió escaldado. No lo intenten más.

MARTES

De manaña. Lo dicho. Ese diario ha perdido el oremus. El único que no lleva a la Carrà en su portada y sigue enzarzado en la guerra ideológica. Lo de menos es un cardenal con mascarilla, lo de más es defenestrar a Raffaella. Ignorancia cultural. Peor, obsesión frentista. “Explota, explótame, expló…”.

De noche. La selección española vuelve a casa. Nunca he sido yo de jugarme la vida en los penaltis. Los fallo todos. Me da igual ejercer de portero que de delantero.

MIÉRCOLES

Claustro de fin de curso. Eucaristía. Ricardo, en la monición de entrada: “Nos hemos pasado este año tomando la temperatura a la entrada y todo el día, tomando el pulso a las emociones”. Y lo que queda.

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