Rixio Portillo
Profesor e investigador de la Universidad de Monterrey

Es Jesús, es Jesús, es Jesús


Compartir

La fe puede ser un tema lejano para muchos, incomprensible para otros, el motivo para cuestionar a tantos que con sus preguntas ven que otros tienen las respuestas que para ellos no son tan fáciles.



El tema de fondo es la incertidumbre de la existencia humana, el mal, el dolor, la violencia, la pobreza, los excluidos, tantas cosas que no tienen sentido y que siguen estando allí.

La fe inquieta cuestiona la realidad

Hace algunas semanas, una persona cercana ofrecía su testimonio sobre una experiencia de misión en un lugar en África, y el encuentro con esa realidad lacerante le hizo preguntarse sobre la indiferencia, la lejanía, el mal uso de recursos. Encontrar la realidad oculta de un Dios en los últimos, en los sencillos.

Y no hay respuesta, no hay otra: Jesús. Si, por qué el mal en Jesús es transformado, la indiferencia en Jesús deviene cuidado y caridad, la pobreza en Jesús se hace dichosa porque invita a compartir y darse (para salir de ella), la violencia que en Jesús se desarma en una paz desarmante.

Lo mismo con la escena de miles de jóvenes en silencio en el jubileo en Tor Vergata, ante el altar, con un minúsculo relicario, imperceptible para la mayoría de lejos, insignificante en tamaño para una multitud de millones, ante la duda, el miedo, la incertidumbre, una sola respuesta: Es Jesús, es Jesús, es Jesús.

Es Jesús, y con Jesús la fe, la esperanza, la caridad y el anuncio alegre, y no vacío de los challenge o las tendencias, sino el impulso a gritar: Hemos encontrado al Mesías.

Jubileo Jovenes

La presencia oculta del todo en todos

Por ello, como cierre, un poema de la Madre Teresa de Calcuta, paradójicamente rica testigo de la pobreza en el mundo, en los ocultos, en los invisibles, en los vulnerables. La pequeña religiosa que consiguió la pista de la existencia feliz, en un siglo que vio crecer las ideologías, aumentar la pobreza, alimentar la guerra, derrumbar la confianza de la conciencia.

Es Jesús, es Jesús, es Jesús.

“Jesús es mi vida

La Palabra, para ser dicha.

La Verdad, para ser proclamada.

El Camino, para ser recorrido.

La luz, para ser encendida.

La Vida, para ser vivida.

El Amor, para ser amado.

La Alegría, para ser compartida.

El sacrificio, para ser ofrecido.

La Paz, para que sea dada.

El Pan de Vida, para que sea mi sustento.

El Hambriento, para ser alimentado.

El Sediento, para ser saciado.

El Desnudo, para ser vestido.

El Desamparado, para ser recogido.

El Enfermo, para ser curado.

El Solitario, para ser amado.

El Indeseado, para ser querido.

El Leproso, para lavar sus heridas.

El Mendigo, para darle una sonrisa.

El Alcoholizado, para escucharlo.

El Deficiente Mental, para protegerlo.

El más Pequeño, para abrazarlo.

El Ciego, para guiarlo.

El Mudo, para hablar por él.

El Tullido, para caminar con él.

El Drogadicto, para ser comprendido en amistad.

La Prostituta, para alejarla del peligro y ser su amiga.

El Preso, para ser visitado.

El Anciano, para ser atendido.

Para mí, Jesús es mi Dios.

Jesús es mi Esposo.

Jesús es mi Vida.

Jesús es mi único amor.

Jesús es mi Todo”.


Por Rixio G Portillo. Profesor e investigador de la Universidad de Monterrey.

Foto: EFE