Cardenal Cristóbal López Romero
Cardenal arzobispo de Rabat

En Rabat, cerramos el Sínodo


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El lector será indulgente conmigo si, de tanto en tanto, utilizo este espacio para cantar y contar algunas de las bondades y beldades de mi esposa… que es la diócesis de Rabat. Lo vivo como un privilegio, porque lo es, pero también como una obligación: las buenas noticias son para compartirlas.



Y no se alarmen: se trata del Sínodo Diocesano, convocado en Pentecostés de 2021 y vivido durante 30 meses; no del Sínodo de la Sinodalidad, que el Papa convocó después y que continúa hasta octubre de 2024.

Transcurridos 25 años desde el primer Sínodo Diocesano, con otro rey en Marruecos, un nuevo papa en la Iglesia y otro obispo en la diócesis, con un 95% de cristianos diferentes de quienes vivieron aquella fructífera experiencia, consideré conveniente convocar un segundo Sínodo Diocesano, para responder a esta pregunta: “En el seguimiento de Cristo, ¿qué Iglesia para la diócesis de Rabat, hoy?”.

Jornada Diocesana de la Juventud Rabat

Hemos pasado por tres etapas, marcadas por seis asambleas diocesanas; los cristianos han realizado centenares de encuentros para conocerse y compartir la experiencia de fe; se respondió a cuestionarios, se hicieron resúmenes, vídeos, reuniones… Todo ello impulsado por un secretariado general y por los equipos sinodales de cada parroquia, así como por “pilotos” que animaron el tratamiento de cuatro grandes temas emergentes de nuestro compartir:

  • “Una Iglesia de gente de paso”,
  • “Una Iglesia samaritana al servicio de los más vulnerables”,
  • “Una Iglesia encarnada en Marruecos y en diálogo interreligioso” y
  • “Una Iglesia en diálogo ecuménico”.

Como fruto del compartir entre todos, surgieron otros dos temas: “Una Iglesia donde todos se forman” y “Una Iglesia Laudato si’”.

Por el camino reformulamos cada tema y le pusimos un título a todo el conjunto: “Siguiendo a Cristo, seamos una Iglesia para el Reino”. Este lunes tuvo lugar la proclamación del documento final que, como obispo, he asumido completamente para convertir sus 25 propuestas en la base y punto de partida de nuestra acción pastoral en los próximos años.

Nos hemos desquitado

Pero quisimos hacer preceder esta clausura por unas Jornadas Diocesanas de la Juventud. Como no pudieron participar los jóvenes en la JMJ de Lisboa, nos hemos desquitado. Nada menos que 800 jóvenes respondieron a la invitación participando activa y gozosamente de estas JDJ, y uniéndose a los cristianos que participaron de la clausura del Sínodo.

Conclusión: el Sínodo acabó, pero la sinodalidad se queda para siempre.

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