Héctor Sampieri Rubach, director del Pontificio Instituto Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia en México
Director del Pontificio Instituto Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia en México

El sendero terapéutico


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Hemos avanzado en esta ruta, en este anhelo de convertirnos en verdaderos profesionales del acompañamiento para mejorar el servicio educativo o pastoral que proporcionamos.



Se ha construido ya en nuestra reflexión el “universo del acompañamiento personal” y nos hemos acercado a dos primeras herramientas. Ahora, emprendamos un nuevo sendero y exploremos una alternativa crucial para servir a la persona.

De modo general, y siguiendo a la Real Academia de la Lengua Española, entendemos por psicoterapia el “tratamiento de enfermedades mentales, psicosomáticas y diversos problemas de conducta mediante técnicas psicológicas específicas”. 

Es pues una herramienta concreta que debe ser implementada por un profesional altamente capacitado: ¡un terapeuta certificado! Por lo que, en este caso, esta metodología debe quedar circunscrita a los profesionales de la salud, generalmente con formación en psicología, y con posterior especialización, mediante estudio de posgrado en términos de una maestría clínica o equivalente (dependiendo el país donde te encuentres).

Si en tus programas y acciones de acompañamiento puedes implementar la terapia es que, precisamente, te has preparado y formado para ejercer como psicoterapeuta. Y mucho puedes hacer para apoyar a las comunidades educativas o pastorales en donde te desenvuelves. La propuesta de este espacio para ti, va en la línea de hacerte la pregunta sobre cómo poder complementar tu práctica profesional con otras herramientas de acompañamiento. Con ello esperamos aportarte algún valor determinado.

Por otro lado, si te dedicas al acompañamiento, pero no posees una formación terapéutica específica, existirían desde la perspectiva de este espacio diversas opciones para ti:

  1. Decidir si el sendero terapéutico es el “sello” que quieres brindar a tu servicio a la persona, por lo que tendrías que iniciar una ruta de profesionalización en dicho campo. Lo que lógicamente implicará dedicar algunos años más de tu vida a tu formación profesional.
  2. Comprender los elementos básicos que definen a la psicoterapia para saber en tu propia práctica cuál es el límite de acompañamiento y en qué momento deberás canalizar con el profesional adecuado.
  3. Hacer equipo, con diversos terapeutas, para acompañar mejor a las personas a quienes sirves. Y lanzar, en conjunto con ellos, un modelo integral de acompañamiento que favorezca los objetivos y retos de las personas ante los desafíos específicos de su vida.

¿Cómo podríamos diferenciar la psicoterapia de las herramientas previamente analizadas en este espacio?

Te propongo para ello el siguiente cuadro:

 

En este sendero en el que nos encontramos ahora, si te parece adecuado para el viaje que emprendemos en este espacio digital, dedicaremos las dos siguientes entradas de este blog a comentar cómo lograr entender el límite del acompañamiento y su derivación a la psicoterapia; también, podremos aportar algunas ideas para lanzar ese programa de acompañamiento integral en tu contexto inmediato, favoreciendo a las comunidades educativas o pastorales en donde te desenvuelves.

¡Hasta pronto y hasta siempre!

P.D. En la estela de la fiesta San Maximiliano Kolbe, encomendemos a él para que intercediendo ante Dios estemos nosotros dispuestos a llevar nuestro acompañamiento hasta el límite de la verdad y del servicio al otro: ¡imagen y semejanza de quien nos ha creado! Dios nos ayude a todos.

@HazyAprende