José Luis Pinilla
Migraciones. Fundación San Juan del Castillo. Grupos Loyola

“Después de obligarme a maquillar…”


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“Después de traspasar media África, durante un año y medio, llegué a mi tierra prometida. Pero lo que encontré fue diferente. Durante mi viaje me violaron, me robaron lo poco que tengo, y pasé mucha hambre. Cuando llegamos a España, el patrón que nos trajo aquí, nos quitó todos los papeles (…) Yo lloraba y decía: yo quiero volver a África. Llamó a dos chicos muy fuertes. Ellos me pegaron mucho. Me forzaron. Me amenazaron con hacer daño a mi familia. Después de obligarme a maquillar, supe cuál era mi horrible destino… Me sentía sucia, humillada, rebajada. Semana tras semana. Noche tras noche. Tenía que recibir tantos clientes como fuera posible. Te imaginas el inmenso dolor que yo tengo cuando alguien me llama: ‘¡Puta! ¡Puta! ¿Cuánto vales? ¡Eh, Negrita! ¿Cuánto vales?’. Escucharlo cada noche. No os imagináis lo que se siente cuando te lo dicen. Por favor, hermanos y hermanas en Dios, ayudadnos ¡Ayudadnos! Y ¡Gracias!”.



Quiero ceñirme a la recomendación esta vez de que mi artículo no debiera pasar de entre 600 a 900 palabras en un día con tantos textos y pronunciamientos a propósito del Día Internacional de la Mujer. Lo propio para leer en dos o tres minutos. Estuve tentado –por dicha razón– en hacer una breve introducción para invitaros solo a ver el video final que incorpora el testimonio visual que encabeza estas líneas (solo siete minutos largos).

Fui testigo de esta declaración hace años y este testimonio no se me ha ido del corazón. Lo he vuelto a reproducir después de años porque no pierde actualidad y me ha servido como oración y para seguir insistiendo en la necesaria prevención educativa y pedagógica ante este 8-M. Ante el que el Papa denuncia el maltrato a la mujer y reivindica su valor en la Iglesia: “Sabe unir con ternura” lamentando que las mujeres continúan siendo víctimas “de tanta violencia desigualdad y maltratos”, y recuerda que construir sociedades mejores pasa “por la educación de las niñas”.

La esclavitud del siglo XXI

El “video-oración-pedagogía” es el de una mujer nigeriana, víctima de la trata de explotación sexual. Una de las graves conductas que rompe la dignidad de la mujer. Escogí esta dimensión a trabajar en este día por tanto como me impactó ese testimonio grabado (aunque teatralizado en el vídeo para respetar la intimidad de la persona) a un Encuentro de directores y representantes de las Comisiones de Migraciones de las Conferencias Episcopales Europeas celebrado en Vilnius (Lituania) de hace años.

Recordando que, en España, en el campo de la prevención, se trabaja eclesialmente con insistencia (material educativo para la distribución pedagógica en colegios, orientaciones, exposiciones, casas de acogida que tienen religiosos y religiosas para las personas que han logrado salir de la esclavitud de la prostitución, etc.). Este año hay muchas convocatorias, actos y celebraciones diocesanas. Todos siguen el itinerario al que nos invitaba el Papa el año pasado: “Caminar con los ojos abiertos para reconocer los procesos que llevan a millones de personas, especialmente jóvenes, a ser víctimas de la trata para ser brutalmente explotadas. Caminar con el corazón atento para descubrir y apoyar los senderos cotidianos hacia la libertad y la dignidad”.

Hay muchas gentes de Iglesia que son como hormiguitas que están trabajando para acoger a la gente y liberarla de la esclavitud del siglo XXI, que es la trata de personas.

trata de personas adoratrices

Pero como no hay texto sin contexto, al vídeo –que en este caso hace de texto– le incorporo el contexto con el que os invito a reflexionar. Es este:

La trata no es un fenómeno nuevo. Porque también hay que recordar en 2024 que no son nuevos los procesos de explotación y esclavitud que hacen visible esta actividad para mujeres (¡y clientes!) invisibles. Pero sí son nuevos los medios y las formas de estas actividades. Nadie afirmaría que existe hoy día un derecho de propiedad sobre las personas, pero el control y la sujeción que se ejerce contra ellas son muy cercanos a ello. Y los sujetos son convertidos en mercancías, deshumanizados al máximo y, por lo tanto, son política y cultura del descarte porque se les desecha cuando su ciclo de explotación disminuye o termina. Cuando ya no genera las mismas ganancias para los explotadores.

Hay unas claves de visión que nos muestra el papa Francisco en esta dura realidad de la trata de personas: una economía de mercado, una compra-venta de lo más sagrado, como son las personas, una ausencia de ética, y de valores humanos. Esclavitud y sufrimiento, de un mundo muy herido y lastimado. Y ante tanto dolor y tanta herida, la única salida es ser como el buen samaritano que descubre al herido, lo carga en sus hombros, y le da una respuesta: fraternidad universal. Seguir caminando por la igualdad que tanto se proclama este día: “Escuchar, soñar, actuar”.

Me pasé un poco de las 800 palabras previstas. Solo quería poner breve contexto a este texto visual, antiguo y nuevo, que os invito a contemplar. “Después de obligarme a maquillar … supe cuál era mi horrible destino…”