A la espera de que el próximo martes 29 de julio se celebre en los juzgados de Briviesca el juicio de desahucio, el comisario pontificio del convento cismático de Belorado y arzobispo de Burgos, Mario Iceta, ha instado a las ex monjas sedevacantistas a no utilizar los coches vinculados a la comunidad. A través de un burofax remitido al monasterio, se describe cómo las religiosas excomulgadas contarían con un total de cinco vehículos, toda una flota para las ocho monjas díscolas y las cinco religiosas mayores que viven en el convento burgalés.
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A la petición de Iceta, las inquilinas del monasterio han respondido a través de otro burofax que ha sido leído a través de redes sociales por sor Berit. En el escrito se explica que hay dos de esos coches que “desde hace tiempo no están en el monasterio y han dejado de pertenecernos”.
Absoluta necesidad
Con respeto a la furgoneta, una Fiat Doblo, así como a los otros dos coche, un Opel Vívaro y un Nissan Qashqai, sostienen que son “de absoluta necesidad para la vida de nuestra comunidad que precisa de desplazamientos diarios para atender” las necesidades de la comunidad, especialmente de las religiosas mayores, cuidar de los edificios de Belorado, Orduña y Derio, además de estar al frente del restaurante que abrieron en marzo en Asturias.
Además, las monjas cismáticas aseguran que todos los coches cuentan con “seguro a todo riesgo”. A la par, defienden que no necesitan autorización alguna de Iceta para utilizarlos porque “son propiedad de nuestra comunidad y la validez del cargo del comisario que nosotras negamos está jurídicamente en entredicho y pendiente de resolución judicial como se ha encargado de recordarles recientemente la Audiencia Provincial”.
A renglón seguido, critican al arzobispo por tomar “decisiones tan dañinas” y le llaman a ejercer “su discutible cargo con algo más de humanidad y algo menos de crueldad”.

