Jóvenes chilenos, rumbo al Jubileo en Roma

En concurridas ceremonias de envío de los jóvenes que peregrinan al Jubileo en Roma, recibieron la bendición de sus obispos. Acompañados de sus familiares y amigos, participaron en celebraciones eucarísticas presididas por sus respectivos arzobispos, René Rebolledo, en La Serena, y Sergio Pérez de Arce, en Concepción.

“Es una bendición muy grande que este grupo de jóvenes y adultos jóvenes emprendan este miércoles 23 su peregrinación a Roma. Es bello pensar que nos representan a todos”, dijo Rebolledo en su homilía.

Huella imborrable

A continuación, el arzobispo agregó que “el encuentro con Nuestro Señor, ‘puerta’ de salvación, junto al sucesor de Pedro, el papa León XIV, y los peregrinos de diversas partes del mundo, sin duda, dejará en cada peregrino una huella espiritual imborrable. Confiamos y esperamos que a su regreso nos puedan participar de la belleza y profundidad de este encuentro, especialmente a las comunidades juveniles de la Arquidiócesis”.

Allí, en La Serena, el joven matrimonio formado por Johanka Taucare Véliz y César Vega Vega, compartió un emotivo testimonio. “Es un regalo de Dios participar de este Jubileo de los Jóvenes. Recibir la indulgencia plenaria, liberarnos y renovarnos en la fe, además de visitar aquellos lugares significativos en nuestro camino de fe, sin duda, nos acercarán aún más a Dios y a nuestra Iglesia Católica. En este Año Jubilar el Señor nos recuerda el inmenso amor que nos tiene, materializado en la oportunidad de hacernos partícipe -a mi esposo y a mí- de este acontecimiento que se celebra cada 25 años. Lo asumo como un desafío porque nos hace responsables de ser portadores de la esperanza, reflejo de Dios que nos ama, perdona y libera”, dijo Johanka.

Por su parte, César confesó que “el papa Francisco, que formó parte de mi conversión al catolicismo, nos enseñaba a comprender la esperanza no simplemente desde el optimismo, sino, una confianza profunda en la promesa de salvación de Dios. Por eso, participar de este jubileo, no se trata solo de un viaje, sino de una misión de reflexión profunda sobre la misericordia, solidaridad y cómo podemos hacer de este mundo, un lugar mejor“.

Puerta de salvación

En la Catedral de Concepción, el arzobispo Pérez de Arce también presidió la eucaristía de envío. En su homilía dijo que “la Iglesia nos pide que el Jubileo sea un tiempo para encontrarnos con Jesucristo, que es la puerta de la salvación. Uno busca la vida y Cristo es la puerta y la fuente de la salvación porque en Él, Dios ha salido a nuestro encuentro”.

Más adelante, recordando que el papa Francisco puso al centro de la vida cristiana la esperanza, el arzobispo agregó que “una persona con esperanza es la que espera los cielos nuevos y la tierra nueva donde habita la justicia, la promesa de Dios que nos promete una humanidad reconciliada, donde realmente seamos hermanos, algo que los cristianos esperamos, pero también conseguimos día a día con nuestras obras y compromisos. Por eso, no nos es indiferente la guerra ni la injusticia, ni los abusos ni ninguna otra cosa que atropelle la dignidad humana” afirmó el arzobispo de Concepción.

Finalizó con una recomendación para los peregrinos: “lleven buena disposición, para que asuman también los momentos más ingratos; espíritu de oración y comunidad, para hacer comunidad con los compañeros de viaje y con peregrinos de otras partes del mundo; y por último un corazón agradecido y contemplativo. Acuérdense de la Virgen María, que todo lo que vivía lo hacía desde el corazón, donde se abandonaba a Dios y disponía al servicio”.

En ambos templos la bendición final de la Misa tuvo una fuerza e impacto especial para los jóvenes que inician su peregrinar a Roma.