Alessandra Smerilli: “Los vientos de guerra, tras décadas de rearme insensato, no pueden hacernos perder la esperanza”

“Los vientos de guerra, tras décadas de rearme insensato, con gastos crecientes en armamento y una pandemia que se ha cobrado víctimas, ha agravado las desigualdades, ha puesto de manifiesto lo que no funciona en nuestros sistemas económicos y sociales y ha impuesto nuevos interrogantes, no pueden hacernos perder la esperanza”. Así se ha expresado hoy la secretaria interina del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, Alessandra Smerilli, FMA, en la presentación del Mensaje de Francisco para la Cuaresma 2022. Aunque sin citar la situación en Ucrania, las palabras de la salesiana suenan como un grito de ¡no a la guerra!



Como ha expuesto la religiosa, “en el curso a veces lento, a veces acompasado, a veces frenético de nuestros días, el tiempo de Cuaresma se nos ofrece como un momento propicio para retomar la dirección correcta en el camino, la del amor a Dios y al prójimo, que nos caracteriza como cristianos. Este camino pide constancia y mucha paciencia, con motivo de las decepciones, los fracasos, la tentación de encerrarse en sí mismo”. Y ha proseguido: “Estamos invitados a vivir en la Casa común como una misma familia”.

“El Santo Padre -en su mensaje en torno a la exhortación de san Pablo a los gálatas (Ga 6,9-10a)- nos invita a entrar en la Cuaresma interiorizando más radicalmente lo que significa mirar a cada persona que encontramos con la mirada de Cristo y reconociendo los ojos de Cristo. Despojarse de lo superfluo, aligerarse, tomar en serio la llamada a la conversión significa, en la Iglesia de este momento histórico, expresar más claramente en nuestra vida y con nuestras relaciones ese amor que brota de la vida íntima de Dios, que une al Padre y al Hijo en el Espíritu Santo”, ha destacado.

Cardenal Montenegro, arzobispo emérito de Agrigento

Por otro lado, el cardenal arzobispo emérito de Agrigento, Francesco Montenegro, aprovechó la presentación para invitar a “leer el texto en su totalidad y a utilizarlo para una reflexión constante durante el tiempo de gracia que nos disponemos a iniciar”. “El Mensaje insiste especialmente en la metáfora de la siembra y la cosecha, en la invitación a no cansarse de hacer el bien, y en la paciencia que hay que tener mientras se espera la maduración de los frutos”, ha añadido.

Durante su intervención también se ha referido a las guerras. “La crisis sanitaria, económica y social provocada por la pandemia, los vientos de guerra que soplan en diversas partes del mundo, el escándalo del hambre en varias zonas del planeta, las desigualdades acentuadas por la falta de trabajo o la explotación de los más débiles, son realidades que nos interpelan como Iglesia”, ha apuntado.

Asimismo, ha concluido recordando que el Mensaje del Papa es” un camino de compromiso y responsabilidad. Cada uno de nosotros está llamado a hacer el bien, a sembrar la semilla de la justicia y la caridad, a no desistir en buscar vías de desarrollo humano y a trabajar asiduamente para que se respete la dignidad de todos”. Y ha subrayado: “Esta Cuaresma es el tiempo que el Señor nos regala, es la oportunidad que nos ofrece para hacer el bien y llevar la luz del Resucitado al mundo”.

Massimo Mostioli, sacerdote comprometido enla pastoral con los gitanos

Por su parte, Massimo Mostioli, sacerdote de la diócesis de Pavía comprometido en la pastoral con los gitanos, dio testimonio de su vocación, nacida del encuentro con estas personas. “Desde 1996 vivo en una caravana para ir al encuentro y ser acogido por los gitanos allí donde están, viviendo su vida y aprendiendo su lengua. Soy feliz con este servicio, amo a los gitanos y ellos también me aman, poder anunciar la Palabra de Dios que salva y libera me da mucha alegría, a pesar de fracasos, decepciones e incomprensiones, nos enseñan a crecer en humildad”, ha indicado.

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