El Vaticano sale en defensa de Benedicto XVI: “No se puede borrar su lucha contra los abusos”

El director editorial del Dicasterio para la Comunicación ha recordado el importante papel del papa emérito a la hora de encontrarse con las víctimas y pedir perdón

Con la publicación del informe de abusos de la diócesis de Munich-Frising, la actuación de sus responsables eclesiales se ha puesto en entredicho por haber presuntamente desoído, durante décadas, lo que estaba sucediendo. El primero en reconocer el error fue el actual arzobispo, Reinhard Marx, quien encargó el estudio, seguido del propio Benedicto XVI, para quien un error en su declaración inicial ha provocado aun más críticas. Ante esta situación, el Vaticano ha salido en defensa del papa emérito, reconociendo que, “tras la publicación de la investigación, los años del episcopado bávaro del Papa emérito están en el punto de mira”. Así, Andrea Tornielli, director editorial del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, ha expresado en un comunicado que “es de justicia recordar la lucha de Benedicto XVI contra la pederastia clerical durante su pontificado y su disponibilidad para encontrarse y escuchar a las víctimas, pidiéndoles perdón”.



“Las palabras que se utilizaron durante la rueda de prensa para presentar el informe sobre los abusos en el
Archidiócesis de Munich, así como las setenta y dos páginas del documento dedicado al breve episcopado bávaro del cardenal Joseph Ratzinger, han llenado los periódicos la semana pasada y han desencadenado algunos comentarios muy fuertes”, explica Tornielli, quien asegura, además, que el papa emérito “con la ayuda de sus colaboradores, no eludió las preguntas del bufete de abogados” que elaboró el informe.

Actualmente hay cuatro casos en disputa contra Ratzinger, y su secretario personal, el arzobispo Georg Gänswein, ha anunciado que el papa emérito emitirá una declaración detallada después de que haya terminado de examinar el informe. Mientras tanto, el Vaticano ha reiterado “con fuerza” la continua “condena de estos crímenes por parte de Benedicto XVI, y se puede repasar los pasos dados por la Iglesia en los últimos años, a partir de su pontificado”.

Combatir la pedofilia

“El abuso infantil es un crimen horrendo“, asevera Tornielli. “El abuso cometido contra menores por clérigos es posiblemente un crimen aún más repugnante, y esto ha sido repetido incansablemente por los dos últimos Papas: es un pecado que clama venganza ante Dios que los pequeños sufran violencia por parte de sacerdotes o religiosos a quien sus padres los han encomendado para que los eduquen en la fe”, continúa, acudiendo a las palabras pronunciadas por Jesús: “los que escandalizan a los pequeños harían mejor en les cuelgan una piedra de molino al cuello y les arrojasen al mar”.

Del mismo modo, Tornielli recuerda que Ratzinger, como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, “ya había combatido el fenómeno en la última fase del pontificado de san Juan Pablo II, con quien había sido un estrecho colaborador, y una vez que se convirtió en Papa, promulgó leyes muy duras contra los abusadores clericales, leyes especiales para combatir la pedofilia“. “Además”, asevera, “con su concreto por ejemplo, Benedicto XVI testimonia la urgencia de ese cambio de mentalidad que es tan importante para contrarrestar el fenómeno del abuso: escucha y cercanía a las víctimas a las que siempre hay que pedir perdón”.

“Durante demasiado tiempo”, reconoce Tornielli, “abusaron de los niños y sus familiares, en lugar de ser considerados heridos para ser acogidos y acompañados en el camino de la curación, han sido mantenidos en un distancia. Desafortunadamente, a menudo han sido distanciados e incluso señalados como enemigos de la Iglesia y su buen nombre”.

Verdadera justicia

De hecho, fue Joseph Ratzinger el primer Papa que se reunió varias veces con víctimas de abusos durante sus viajes apostólicos. “Fue Benedicto XVI, incluso en contra de la opinión de muchos autodenominados ‘ratzingerianos’, quien defendió, en medio de la tormenta de escándalos en Irlanda y Alemania, el rostro de una Iglesia penitencial, que se humilla pidiendo perdón, que siente consternación, remordimiento, dolor, compasión y cercanía”, afirma el director editorial de los medios vaticanos.

Así, ha recordado las palabras que “con extrema lucidez”, pronunció el papa emérito en el vuelo que lo llevó a Lisboa en mayo de 2010, en las cuales reconocía que “los sufrimientos de la Iglesia vienen precisamente del interior de la Iglesia, del pecado que existe dentro de la Iglesia. Siempre hemos sido conscientes de ello, pero ahora sí que lo vemos de una forma verdaderamente manera espantosa: que la mayor persecución de la Iglesia no viene de los enemigos externos, sino que nace del pecado dentro de la Iglesia, y que la Iglesia necesita profundamente aprender de nuevo el arrepentimiento, para aceptar la purificación, aprender el perdón por un lado y la necesidad de la justicia por el otro. El perdón no reemplaza a la justicia”.

Por último, Tornielli subraya que “las reconstrucciones contenidas en el informe de Munich, que -hay que recordarlo- no es un investigación judicial ni una sentencia firme, ayudarán a combatir la pederastia en la Iglesia si no son reducido a la búsqueda de chivos expiatorios fáciles y juicios sumarios”. Y es que, “solo evitando estos riesgos se puedan contribuir a la búsqueda de la justicia en la verdad y al examen colectivo de conciencia sobre los errores del pasado”.

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