El sucesor de Benedicto XVI en Múnich asume su responsabilidad tras el informe de abusos

Friedrich Wetter, de 93 años, fue titular de la diócesis entre Joseph Ratzinger y Reinhard Marx

Tiene 93 años y dirigió la archidiócesis de Munich-Freising entre los mandatos de Joseph Ratzinger y el actuar arzobispo, Reinhard Marx. Ayer, se unía a ellos a la hora de entonar su respuesta ante los casos de abusos sexuales a menores por parte de miembros de la Iglesia acaecidos en la diócesis que un informe ha puesto sobre la mesa en las últimas semanas. Y su respuesta ha sido clara, y el cardenal Friedrich Wetter ha reconocido su responsabilidad.



“En el manejo inadecuado del caso H., pero también con otros informes durante mi mandato también debo asumir mi responsabilidad personal”, ha manifestado Wetter, en una declaración de cuatro páginas en la que no llega a ahondar en qué era lo que sabía y qué decisiones se tomaron en su momento. Lo que sí ha hecho Wetter es reconocer que, como arzobispo, tenía una “responsabilidad personal indelegable”.

Fue el propio Marx, expresidente de la Conferencia Episcopal alemana, quien, hace unos meses, encargaba el informe sobre los abusos en su diócesis entre los años 1977 y 1982. En él, se señala que el purpurado no habría actuado adecuadamente ante, al menos, cuatro casos que llegó a conocer.

Las reacciones de Marx y Benedicto XVI

Asimismo, el despacho de abogados que elaboró el informe, de 1.700 páginas, asegura que existe una “elevada posibilidad” de que Joseph Ratzinger tuviera conocimiento de los casos”. Sin embargo, el papa emérito ha negado con contundencia estas acusaciones. El documento señala, entre otros, al propio Marx por su comportamiento en relación con dos casos de presuntos abusos. Además, se le atribuye “no prestar suficiente atención” a ese tipo de comportamientos.

“Me siento co-responsable de lo que ha ocurrido con la institución de la Iglesia en las últimas décadas”, afirmó Marx, señalando, además, que se siente “conmocionado y avergonzado” por las conclusiones del informe. “Sabemos desde hace años que la Iglesia no tomaba en serio los abusos sexuales, que los perpetradores a menudo no fueron cuestionados y que los responsables miraron hacia otro lado”, añadió.

En el texto del estudio se menciona, asimismo, que Benedicto XVI no hizo nada ante, al menos, cuatro denuncias. “En un total de cuatro casos, llegamos a la conclusión de que el entonces arzobispo puede ser acusado de omisión”, afirmó Martin Pusch, uno de los autores del informe presentado el 20 de enero en rueda de prensa. En él se documentan, a lo largo de sus más de 1.000 páginas, al menos 497 víctimas de abusos entre 1945 y 2019, en su mayoría niños. Así, advierten que puede haber más casos no denunciados.

Por su parte, el papa emérito habría enviado a los investigadores de Múnich un texto de 82 folios en el que justificaba su inocencia y alababa la investigación. Sin embargo, el pasado lunes Benedicto XVI se retractaba por un “error” en la edición de su declaración acerca de una de las reuniones citadas por el informe. Un fallo, sin embargo, que “no fue cometido a mala fe”, tal como explicaba su secretario personal, Georg Gänswein, sino que es “resultado de un error en el procesamiento editorial de su declaración”. “Él está muy arrepentido por esto y se disculpa”, aseveraba el secretario de Benedicto XVI al dar cuenta del error.

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