Rafael Salomón
Comunicador católico

¡Que comience el juego del calamar!


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Los derechos humanos, tan necesarios y tan valiosos para el respeto de la persona, así como para su dignidad. Muchas generaciones han luchado por ellos, algunos perdieron la vida por que se hicieran valer, la lucha aún continúa, en algunos lugares se siguen cometiendo atropellos, violaciones y omisiones acerca de los derechos humanos.



“Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. Estos derechos son interrelacionados, interdependientes e indivisibles”.

Y por si esto fuera poco, una serie en ‘streaming’ enaltece la falta de ellos y los convierte en un juego donde lo que está por medio es la vida y la dignidad de la persona. En esta historia de ficción se ofrece la elección de perder los tan valiosos derechos de toda persona; sin embargo, las causas que presentan les van orillando a que tomen esa decisión y ¡Que comience el juego del calamar!

juego del calamar

Foto: EFE

La promoción de los anti valores

Brutales y sanguinarios, cada vez más violentos para alcanzar el premio, cantidad que jamás veremos junta la mayor parte de la población. Estrategias, trampas y todo lo que nos caracteriza como humanidad se puede ver en esta serie de gran impacto global de maquila coreana.

Un juego de niños transformado en diversión para adultos donde sobresale la brutalidad y la falta de empatía por las personas y donde se firma de manera voluntaria quien quiera participar pierde sus derechos humanos. Nada más escalofriante y triste, la lucha de aquellos quienes han dado su vida por hacerlos valer, en una serie se vienen abajo para diversión de los poderosos, de aquellos que mueven al mundo con dinero a costa de lo que sea, sin importar en absoluto el valor de la dignidad y la vida humana.

En esta serie podemos ver la forma en la que nos descartamos unos a otros, la inhumanidad en su máxima expresión. Completamente contrario a lo que los creyentes aspiramos, indudablemente el éxito comercial de esta serie, además del apoyo global, es la promoción de los anti valores, es ganar dinero sin importar que esté en juego la vida, es la cultura del descarte, donde solo habrá un ganador.

Serie violenta y explícita, diversión con el sufrimiento ajeno, donde vemos la miseria humana y la forma de querer resolver los problemas económicos de una manera instantánea. También es una crítica severa a la pobreza y a la forma en que gran parte de la humanidad vive endeudada todo el tiempo.

El dinero como objeto de deseo, apetecible y como única aspiración. Egoísmo y vanidad potenciados, cuando nuestras aspiraciones están como prioridad ante cualquier objeto, dejamos de entender el amor. Qué lejos están los contenidos de ofrecer algo constructivo, estemos atentos acerca de este material que bajo la descripción de entretenimiento promueve la violencia y dolor a causa del más preciado valor que tenemos: La vida.