Para el Papa el juez asesinado por la mafia Rosario Livantino es “un héroe justo”. Así lo expresa en el prefacio del libro que se ha publicado en Italia sobre el primer magistrado que subirá a los altares. “Su fe se convierte en práctica de la justicia y, por tanto, hace bien a los demás”, expone Francisco sobre este servidor público del que aprobó su decreto de martirio el pasado diciembre.
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Livantino fue asesinado a balazos en 1990 por la Stidda siciliana como respuesta a sus sentencias y a su incorruptibilidad. “Su grito de dolor y, al mismo tiempo de verdad -comparte el Papa-, con su fuerza aniquila a los ejércitos mafiosos, denunciando que la mafia en todas sus formas es una forma de negación intrínseca del Evangelio, a pesar de su ostentación secular de los santos”.
Hombre de fe
Hombre de fe, siempre tenía una cruz y el Evangelio en su mesa de trabajo y comenzaba el día con una oración en la iglesia de san José. Así, Francisco reconoce de él cómo “en el mismo momento en que tenía que juzgar según la ley, le brotaba la cuestión del perdón como cristiano”.
“Que su testimonio martirial de fe y justicia sea semilla de concordia y paz social, y emblema de la necesidad de sentir y ser todos hermanos, no rivales ni enemigos”, detalla el Papa en el prefacio de la obra. Es más, incluso apunta cómo su ejemplo vital es también “semilla de renacer para todos nosotros, en particular para quienes aún viven situaciones de violencia, guerras, atentados, persecuciones por motivos étnicos o religiosos, y diversos abusos contra la dignidad humana”.
