Días pasados un vecino de la villa 20 de Lugano resultó herido de muerte en un hecho violento dentro del barrio, con injerencia de las fuerzas policiales.
Por tal motivo, los sacerdotes que viven en las villas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, expresaron su enérgico repudio por la muerte de Gabriel González, “brutalmente asesinado por fuerzas de Seguridad el mismo día de Navidad”.
Inmediatamente, hablaron de una intervención absolutamente desmesurada, “más parecida a una cacería que a la búsqueda del orden en la vía pública”.
En el comunicado, los curas villeros indicaron que este caso se suma a otros causados por la Policía de la Ciudad, que debería cuidar a los vecinos.
Como se han pronunciado en otras ocasiones por reiterados y escandalosos casos de gatillo fácil y otras acciones inadecuadas, reiteran que en los barrios necesitan la presencia de las fuerzas de seguridad, pero sin excesos. Y aseveraron: “Es inadmisible que el Estado actúe matando gente”.
Asimismo, contextualizaron que ante el bajo presupuesto para las imprescindibles obras de infraestructura en las villas y ante convulsión social, se necesita que las fuerzas de seguridad pongan en práctica su vocación de aportar a la paz y a la concordia, y no generar violencia y agitación.
Aseguraron que, en tiempos de tanto corrimiento del Estado, se necesitan políticas de seguridad serias y presencia inteligente del estado en los barrios populares porque no niegan que haya intervenciones correctas de las fuerzas de seguridad.
Finalmente, los sacerdotes que trabajan en las villas, piden a Dios y a las autoridades pertinentes que se haga justicia y que se eviten tantas muertes violentas, con buenas políticas de prevención del delito. Esperan que la Virgen Madre del Salvador, traiga paz a nuestros barrios.