Fernando Prado, en el 75º aniversario del monumento del Sagrado Corazón de Urgull
El Sagrado Corazón de Urgull “es una imagen poderosa que recuerda —a creyentes y no creyentes— que la última palabra de la historia no es ni el odio, ni la división, ni la indiferencia, sino el amor”. Así lo expresó ayer el obispo de San Sebastián, Fernando Prado, CMF, durante su homilía en la misa con motivo del 75º aniversario del monumento.
Durante su alocución, el misionero claretiano recordo que “el Corazón de Cristo bendice a todos: a los que creen, a los que dudan, a los que ya no creen y a los que nunca creyeron”. Del mismo modo, insistió en la necesidad de que “este monumento sea para todos un recordatorio permanente de que la paz social comienza siempre en el corazón de cada persona”.
En la solemnidad de Cristo Rey y desde la capilla, el prelado renovó la consagración de Guipúzcoa al Sagrado Corazón, realizada por primera vez en 1950 durante la inauguración del monumento.
La celebración comenzó en el exterior, junto al monumento, con la bendición de la nueva placa conmemorativa del 75º aniversario, colocada junto a la que recuerda el 50º aniversario, celebración que en el 2000 presidió el entonces obispo de San Sebastián, José María Setién.
En este marco, como informó la propia diócesis, se rezó la oración imperada por la paz y la reconciliación al Sagrado Corazón de Jesús, establecida por mandato del obispo para todas las celebraciones que tengan lugar en el monte Urgull.
En su sermón, Prado destacó que “hemos subido juntos a este monte Urgull como quien vuelve a una casa familiar: con memoria agradecida, con fe sencilla y con esperanza renovada”.
Para el obispo, “este monumento al Sagrado Corazón, que desde hace 75 años bendice silenciosamente la ciudad y la provincia, no es solo una construcción histórica ni una preciosa figura que ciertamente embellece el skyline o el paisaje de la ciudad más bella del mundo que tengo el orgullo y honor hoy de ser su padre y pastor. La estatua es antes que nada un fuerte signo espiritual. Es una confesión de fe en piedra”.
Fernando Prado, en el 75º aniversario del monumento del Sagrado Corazón de Urgull
En referencia a los debates suscitados en los últimos meses en torno al monumento -pues grupos políticos lo tacharon de símbolo franquista-, el obispo señaló que, como las olas del mar, “cada cierto tiempo, vienen y se van”.
Por eso, invitó a los cristianos, apoyándose en le encíclica ‘Dilexis nos’ del papa Francisco sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo, a ser “artesanos de la reconciliación y de la fraternidad. No espectadores, sino constructores”. Y añadió: “Hay renombrados arquitectos que construyen grandes proyectos y cosas. Nosotros estamos llamados a construirlas desde lo pequeño”.