Van 11 días de protestas, un fallecido y 12 heridos, mientras que el presidente Rafael Noboa ha decretado toque de queda en seis provincias
Las tensiones en Ecuador siguen por cuenta del paro nacional, convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) por la eliminación del subsidio del diésel.
Van 11 días de protestas, un fallecido y 12 heridos. El presidente Rafael Noboa ha decretado toque de queda en seis provincias. Por ello, los obispos “fieles a su misión de acompañar al pueblo de Dios”, han pedido a las partes dialogar.
“Ante este escenario, afirmamos que sólo el diálogo franco y permanente será siempre la vía más fecunda para encontrar soluciones a los problemas de todos”, han señalado.
Los prelados afirmaron que el país vive “un momento delicado de tensión social y política, cuyas causas estructurales se evidencian en problemas y malestares profundos”.
Apelar a la pedagogía de la oreja a la que tanto el papa Francisco invitó en su pontificado, lo que supone “escuchar y respetar el punto de vista del otro y admitir que puede encerrar convicciones legítimas”.
“Hoy más que nunca necesitamos que el diálogo, el encuentro, la escucha sea una verdadera política de estado, no de coyuntura sino de siempre”, han sugerido.
Solo así se podrá cuidar el tejido social, la inclusión de todos, la legalidad y las instituciones que garantizan la vida democrática. Por supuesto, reconocen el derecho a la protesta pacífica de “quienes sienten que su voz no ha sido escuchada y sus derechos han sido conculcados”.
Los obispos señalan que esta protesta debe ser siempre “abierta y respetuosa del otro, que abra el futuro en lugar de cerrarlo”, porque “la violencia nunca será el camino para construir un mejor Ecuador”.
La violencia nunca será buena consejera, termina siempre en atentar contra la vida, lesiona a inocentes, y afecta el bien común, debilitando el Estado de derecho y sus instituciones, para una sana convivencia.
Asimismo advierten que “la paz no se construye con la fuerza ni con la imposición, sino con justicia, verdad y solidaridad”.
Recordando las palabras del papa León XIII, hace ya más de un siglo, apuntaron que “no puede haber verdadera paz donde no se respeta la justicia, y no hay justicia sin verdad ni caridad”.
“Invitamos, por lo tanto, a todos — autoridades públicas, movimientos y organizaciones sociales, actores económicos y ciudadanía en general — a escucharse, dialogar y cooperar con grandeza de espíritu”, dijeron.
Es hora de verse como hermanos, no como enemigos, “sólo así construiremos un Ecuador reconciliado, donde se respete la vida, la libertad y los derechos de todos, y podamos aspirar a un verdadero desarrollo en justicia y equidad”.
