El presidente de los obispos católicos de Inglaterra y Gales da la bienvenida a Sarah Mullally, comprometiéndose a estrechar “los lazos de amistad y misión compartida”
El cardenal Vincent Nichols, arzobispo de Westminster
“En nombre de la Conferencia Episcopal Católica de Inglaterra y Gales, celebro la noticia del nombramiento de la obispa Sarah Mullally como próxima arzobispo de Canterbury”. Con estas palabras, el cardenal Vincent Nichols, arzobispo de Westminster y presidente de la Conferencia Episcopal Católica de Inglaterra y Gales, daba la bienvenida a través de un comunicado a la que es la nueva líder de los 85 millones de cristianos anglicanos.
“Aportará numerosos dones y experiencia a su nuevo cargo”, expresa el purpurado, sabedor de que “los retos y oportunidades que enfrenta la nueva arzobispa son numerosos e importantes”. “En nombre de nuestra comunidad católica, le aseguro nuestras oraciones”, comenta Nichols.
De la misma manera, en este primer saludo se compromete a reforzar la vía ecuménica de la mano de Mullally: “Juntos responderemos a la oración de Jesús de que ‘todos seamos uno’ (Juan 17:21)”. A la par, subraya que “buscaremos desarrollar los lazos de amistad y misión compartida entre la Iglesia de Inglaterra y la Iglesia Católica Romana”.
Lo cierto es que Sarah Mullally hizo este viernes historia al ser nombrada arzobispa de Canterbury, por ser la primera mujer designada para esta responsabilidad. Esta enfermera británica de 63 años y especializada en oncología está casada con un ingeniero informático y es madre de dos hijos.