Los obispos chilenos llaman a defender la vida humana

En una declaración expresan su preocupación ante el proyecto de ley de eutanasia que pasa a discusión al Senado

Los obispos chilenos llaman a defender la vida humana

“Confiamos en la sabiduría del Senado y en su responsabilidad de proteger la vida, por lo que esperamos que no se apruebe una legislación que permita la eutanasia”, dice el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile en su declaración “Acerca de la decisión de la Comisión de Salud del Senado de aprobar la idea de legislar sobre la eutanasia”, emitida hoy.



Eutanasia, acto inadmisible

La declaración afirma que esa decisión “contraviene de manera clara la enseñanza de la razón natural y reafirmada por la fe cristiana”. Citando a san Juan Pablo II, en la encíclica Evangelium Vitae, expresan que “la eutanasia sigue siendo un acto inadmisible, incluso en casos extremos, ya que constituye una grave violación de la Ley de Dios, en cuanto eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana”.

Los obispos también recuerdan que el papa Francisco advirtió que: “La eutanasia se presenta a menudo falsamente como una forma de compasión. En cambio, la ‘compasión’ -que significa ‘sufrir con’- no implica una acción intencionada para acabar con una vida, sino más bien la voluntad de compartir la carga de las personas que se enfrentan a la última parte de nuestro peregrinaje terrenal”, citando el Mensaje para el Simposio sobre cuidados paliativos, de 2024.

Advierten los obispos que esta iniciativa “representa un quiebre radical con la praxis médica que, durante siglos, ha sido guiada por el respeto a la dignidad de la vida humana”. La medicina, dicen, “tiene por su propia naturaleza una vocación de restauración y cuidado cuyo fin último es preservar y valorar la vida humana”.

Cuidados paliativos como respuesta

Por ello, los pastores reafirmaron la necesidad de fortalecer los cuidados paliativos: “Son una forma integral de atención médica y espiritual que se dirige a aliviar el sufrimiento y a mejorar la calidad de vida de las personas que padecen enfermedades graves o terminales”. Agregaron que “estimamos del todo necesario que las leyes destinen a esta finalidad los recursos que sean del caso, dándoles prioridad por sobre otros fines legítimos”.

En junio del año pasado, ante el anuncio del presidente Boric de activar este proyecto de ley, los obispos emitieron una declaración en la que afirmaron “la vida humana, incluso en su condición dolorosa, es portadora de una dignidad que debe respetarse siempre, por lo que no se puede bajo ninguna circunstancia eliminar la propia vida o la de los demás bajo el peso del sufrimiento”.

Ya en esa ocasión propusieron que “lo que exige la situación de los enfermos es procurar los esfuerzos adecuados y necesarios para aliviar su sufrimiento mediante cuidados paliativos apropiados”. Agregaban, en ese mensaje, citando la declaración ‘Dignitas infinita’ del Dicasterio de la Doctrina de la Fe, que “debemos acompañar a la muerte, pero no provocar la muerte (…). La vida es un derecho, no la muerte, que debe ser acogida, no suministrada” y llaman “a no relativizar el valor de la vida humana”.

No tendría sustento moral ni jurídico

Ahora, en esta nueva declaración los obispos sostienen que una legislación que legitime la eutanasia no tendría sustento moral ni jurídico. “Reafirmamos que una ley humana sólo es válida y legítima cuando está en conformidad con la razón natural. Cuando se opone a ella, deja de ser ley y se convierte en un acto de violencia”, señalan.

Concluyen su declaración pidiendo “que Dios no permita que leyes injustas intenten regir a nuestra amada Patria”.

Pocos días antes, los decanos de las Facultades de Medicina de 7 universidades chilenas, incluyendo la Pontificia Universidad Católica de Chile, hicieron pública una declaración sobre este mismo proyecto de ley en la que expresan su “profunda preocupación” por esa tramitación.

“La medicina tiene como fines promover la salud, prevenir la enfermedad, curar, cuidar, aliviar el dolor y el sufrimiento, y evitar la muerte prematura acompañando al paciente hasta su fin natural. Nunca debe abandonarlo ni menos provocar la muerte para aliviar su sufrimiento”, expresan los decanos.

“Pretender legitimar la eutanasia y el suicidio asistido, además de involucrar a profesionales de la salud en su ejecución, contradice principios básicos de la ética médica y desnaturaliza la relación médico-paciente, que debe fundarse siempre en el cuidado por toda su vida”, agregan los médicos.

Después de la aprobación en la Comisión de Salud, por tres votos contra dos, el proyecto será visto en el pleno del Senado.

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