Obispos chilenos piden acoger y cuidar toda vida humana

La ministra de la Mujer y Equidad de Género anunció próxima presentación del proyecto de ley de aborto

Obispos chilenos piden acoger y cuidar toda vida humana

“Que toda vida humana sea acogida y cuidada sin excepción”, titulan los obispos la declaración del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) emitida con ocasión del anuncio hecho por la Ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana: “Estamos en condiciones de la próxima semana cumplir con el compromiso que adquirió el Presidente de la República, Gabriel Boric, en su última Cuenta Pública, que es ingresar y abrir el debate respecto a la interrupción legal del embarazo en determinados plazos, más conocido como aborto legal“, sostuvo la Ministra.



Dignidad que debe ser protegida y promovida

En reacción inmediata, los obispos inician su declaración diciendo que “Tras hacerse pública la voluntad del Gobierno de ingresar un proyecto de ley para legalizar el aborto, reiteramos lo expresado en nuestra declaración del 2 de junio de 2024: “Lamentamos profundamente estas iniciativas, que atentan contra el valor sagrado e inviolable de la vida humana”. Insistimos en que la vida humana, desde su concepción hasta la muerte natural, posee una dignidad que debe ser siempre protegida y promovida”.

También, en junio del 2024, los obispos reaccionaron de inmediato cuando el presidente Gabriel Boric sorprendió con el anuncio de un proyecto de aborto legal y dar urgencia a la norma sobre eutanasia. Estos temas eran propuestas de su campaña electoral y están en las reivindicaciones de su sector político, pero ese anuncio fue inesperado y sorpresivo.

En esa ocasión, ya los obispos expresaron en declaración pública que “lamentamos profundamente estas iniciativas, que atentan contra el valor sagrado e inviolable de la vida humana. Cuando el país y la misma autoridad están empeñados y haciendo grandes esfuerzos por crear un ambiente de mayor seguridad y de un mejor cuidado de la vida de todos, estas propuestas resultan contradictorias con ese afán. La Iglesia no cesa de recordar que la dignidad de todo ser humano tiene un carácter intrínseco y vale desde el momento de su concepción hasta su muerte natural”.

Ningún acto de violencia se justifica

La nueva declaración sostiene la misma posición y aporta nuevos argumentos: “El argumentar un supuesto derecho a decidir sobre el cuerpo propio de las personas, no puede ignorar el hecho incuestionable sobre la existencia de otro ser humano, “único e irrepetible”, que también demanda respeto y cuidado. Sabemos que existen embarazos marcados por situaciones dolorosas y complejas; sin embargo, ningún acto de violencia puede justificarse como solución. Al mismo tiempo, es fundamental cultivar una profunda empatía hacia quienes enfrentan estas difíciles circunstancias, acompañándolas en cercanía, escucha y apoyo”, afirma la actual declaración del Comité Permanente.

Continúan los obispos: “En un país que busca mayor justicia y dignidad para todos, pedimos no relativizar el valor de la vida humana, especialmente de los más indefensos. San Juan Pablo II señalaba que el aborto es un crimen “que ninguna ley humana puede pretender legitimar. Leyes de este tipo no sólo no crean ninguna obligación de conciencia, sino que, por el contrario, establecen una grave y precisa obligación de oponerse a ellas mediante la objeción de conciencia” (‘Evangelium vitae’, 73, 1995). Por ello, reiteramos el llamado a custodiar la vida de quien está por nacer”.

Un ser humano es siempre sagrado e inviolable

Esta reiteración complementa lo que los obispos dijeron con ocasión del primer anuncio de Boric, en la cuenta pública 2024: “El Presidente de la República nos ha llamado a expulsar de nosotros el monstruo de la desesperanza, teniendo confianza en el país que somos y podemos ser. Nos ha llamado también a hacer de la defensa de los derechos humanos la base sobre la cual construir un futuro compartido como país. Pero esto no lo lograremos si olvidamos los derechos de los más vulnerables y frágiles. La defensa de la vida por nacer está íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho humano y supone la convicción de que un ser humano es siempre sagrado e inviolable”.

En su párrafo final, la declaración expresa: “Finalmente, hacemos nuestras las palabras del papa León XIV en su reciente discurso al Cuerpo Diplomático: “nadie puede eximirse de favorecer contextos en los que se tutele la dignidad de cada persona, especialmente de aquellas más frágiles e indefensas, desde el niño por nacer hasta el anciano, desde el enfermo al desocupado, sean estos ciudadanos o inmigrantes”. Instamos a las autoridades y legisladores a ejercer su responsabilidad, promoviendo una sociedad verdaderamente inclusiva, donde toda vida humana, sin excepción, sea acogida y cuidada”.

Firman la declaración, los cinco obispos del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile: René Rebolledo, arzobispo de La Serena, presidente; Ignacio Ducasse, arzobispo de Antofagasta, vicepresidente; Fernando Chomalí, cardenal arzobispo de Santiago; Juan Ignacio González Errázuriz, obispo de San Bernardo; y Cristian Castro Toovey, obispo de Santa María de Los Ángeles, secretario General.

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