El purpurado alemán cerró ayer el III Curso de Verano del Instituto Superior de Sociología, Economía y Política (ISSEP), el laboratorio de ideas de Vox
El cardenal Müller, durante su conferencia en el Curso de Verano del ISSEP
“En el pasado hubo algunos papas ilegítimos, pero en nuestros tiempos no. Y ahora tenemos que estar muy contentos porque contamos con León XIV”. Así respondió ayer el cardenal Gerhard Ludwig Müller a una pregunta que intentaba buscar un titular contra Francisco tras su conferencia en el III Curso de Verano del Instituto Superior de Sociología, Economía y Política (ISSEP).
El que fuera prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe entre 2012 y 2017 cerró el encuentro del laboratorio de ideas de Vox con su ponencia titulada ‘Fundamentos para el renacer europeo’, en la que destacó que insistió en que “la Iglesia no es una ONG dedicada a mejorar las condiciones de vida de las personas”.
Estos días, también compartieron sus particulares visiones de la realidad otros ponentes, como la jurista Irene González que, ante el fenómeno migratorio puesto sobre la mesa esta semana a raíz del conflicto en Torre Pacheco, recalcó que “los católicos tenemos la obligación de evangelizar, no de dar bocadillos a los musulmanes”.
El cardenal Müller, en la misa de clausura del Curso de Verano del ISSEP. Foto: ISSEP
El purpurado alemán, antes de su ponencia, presidió la misa en la Basílica del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. En su homilía, Müller dejó claro que “una civilización que niega sus raíces y sus fuentes está abocada al sinsentido, a la violencia y a la deshumanización”.
Para Müller, “vivir como cristiano es todo lo opuesto al inmovilismo, a la banalidad y a la parálisis que provoca la continua oferta de nuevos estímulos, particularmente en este gran mercado de hoy, que solo nos reconoce como potenciales consumidores”.
“El anuncio del Evangelio —con victorias sobre el mal y el pecado, al estilo de las victorias militares sobre el enemigo, con las grandes reformas que han renovado la savia fresca del pueblo entero— nunca ha sido el resultado de largas negociaciones políticas, juegos diplomáticos o de cálculos interesados de cobardes. Ha sido el fruto del testimonio valiente y decidido”, agregó.
Müller pidió que “nuestras patrias europeas y toda la humanidad reconozcan al cristianismo, por fin, como su única salvación“. “Jesús sabe que sus discípulos amados deberán afrontar el continuo ataque del Maligno. Sabe también que la división será siempre la táctica del Demonio. Por ello, el Señor invita a los cristianos, a sus discípulos, a formar un solo cuerpo con Él”, añadió.
Antes de concluir, el cardenal recordó que “estamos llamados a asumir nuestra responsabilidad ante la sociedad y, más allá de los intereses políticos o ideológicos prevalentes, a ponernos al servicio de nuestros conciudadanos, para que todos tengan la vida eterna”.