Marc Giró acaba de recibir el Premio Berlanga al mejor programa de entretenimiento por ‘Late Xou’, que volverá en septiembre a TVE. Además, compagina su presencia en TV3, Catalunya Ràdio y RAC1, consolidándose como el comunicador más versátil del momento.
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PREGUNTA.- Premio Berlanga al mejor programa de entretenimiento por ‘Late Xou’…
RESPUESTA.- Me hizo muchísima ilusión. El jurado es de gran calidad y el acto de entrega en la Casa de América, con la familia de Berlanga que dirige la fundación, fue muy simpático. Me lo pasé estupendamente.
P.- ¿Hay fecha de vuelta para ‘Late Xou’?
R.- Estamos en paréntesis, pero parece que regresaremos.
Un estilita perezoso
P.- ¿Cuál es el principal defecto del que saca partido?
R.- Soy extremadamente perezoso. Si pudiera, no me movería. Pero como lo sé, lo uso como motivación. Tengo que agitarme para superarlo. Soy un eremita, ¡un estilita! (…)
P.- ¿Hay algo absolutamente incompatible con usted?
R.- Pelearme. No soy de confrontación. Estoy por la deliberación y el consenso. Estoy muy metido en el pensamiento socrático. Estoy leyendo un libro de Agnes Callard, ‘Sócrates al descubierto’, y veo que lo socrático me interesa porque implica creer en el otro, debatir con respeto, escuchar. Soy antifascista, pacifista, deliberativo, no inmovilista. Sobre todo, soy ‘democratista’.
Pacifista convencido
P.- Ser pacifista hoy… ¿es de ingenuos?
R.- Una vez me reí viendo a Isabel Preysler, a la que adoro, pedir paz en Navidad. Después pensé: ¿quién mejor para pedirla? Si alguien sabe lo bien que se está en paz, es ella. La paz es algo fundamental, aunque suene naíf. Hay recursos y mecanismos para lograrla. Si no se hace, es porque no se quieren activar. (…)
P.- ¿Es Marc Giró un hombre de fe?
R.- No soy espiritual ni religioso en el sentido tradicional, pero sí me considero un cristiano de base, culturalmente cristiano. Vengo de una familia que lo es. No creo en la trascendencia ni leo textos religiosos, pero sí milito en el otro, en el prójimo, en el consenso… Creo en la solidaridad, en la empatía, en la deliberación, en la democracia entre los seres humanos. Tengo fe en los demás. Como decían los curas rojos de la Transición: “Creo en ti, aunque me falles”. Soy terrenal. No pienso en el más allá de modo teológico, me interesa la conexión en la tierra. Si eso me hace “cristiano anónimo”, pues, con todo respeto, quizá lo sea. Por cierto, me gusta lo que hacéis en ‘Vida Nueva’. Sois una revista religiosa progresista que me sorprende.