La Iglesia marplatense, a través del Secretariado de Pastoral Social diocesano y la Mesa de Diálogo por la Dignidad de las Periferias, expresó su “profundo dolor e indignación por la muerte de un hombre en situación de calle, en el contexto de frío extremo, abandono y violencia estructural”.
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En una semana en la que todo el país se vio envuelto por una ola de frío, las entidades eclesiales hacer oír su voz porque opinan que “Una vez más, la desidia y la indiferencia se cobran una vida que podría haberse cuidado”.
Asimismo, sostuvieron que la vivencia en la calle no es una elección sino el resultado de múltiples exclusiones como la falta de trabajo, la desatención en la salud mental, la ruptura de los vínculos y la ausencia de políticas públicas integrales.
Reclamos ante el descarte
“El Estado debe asumir su responsabilidad indelegable”, afirmaron los miembros de los organismos. Por consiguiente, exigieron “el cese inmediato de todo tipo de violencia hacia las personas en situación de calle, ya sea institucional, social o simbólica. Ninguna persona merece ser descartada“.
Al mismo tiempo, reclamaron que, en forma urgente, se considere un sistema de atención que contemple:
- Respuestas rápidas y coordinadas ante las olas de frío.
- Dispositivos dignos y permanentes para personas sin techo.
- Políticas de salud mental comunitaria que abracen sin criminalizar.
- Presencia activa en los territorios donde la vida está en juego.
Para finalizar, la Iglesia de Mar del Plata fue categórica: “Cuidar a los más vulnerables no es caridad: es justicia”.